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QUERIDO ERWIN,⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ capítulo doce — rozando el abismo
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Y como dice en El escarabajo de oro: "Estoy empezando a tener miedo, le confieso."
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Si el Levi de hace un año, recién llegado a Survey Cops, viera su comportamiento actual, hubiera hecho hasta lo imposible para nunca llegar al pueblo, incluso declararse huérfano si eso lo salvaba. Sin embargo, en el presente día, a pesar de que normalmente no lo medita mucho, se siente extrañamente cómodo. Rose le hizo bien para madurar ciertas cosas: Ya no frecuenta comparar a las personas que le desagradan con animales —al menos no tan seguido—, tenía más soltura para socializar y en resumen para no alargarnos, le bajó bastante a ser un prejuicioso, al igual que se consideró curado de su síndrome inventado "DIRCPB". Incluso se dejó convencer de que música fuera de lo clásico también podía ser buena.
Detrás de él y Erwin, alguien carraspeó para llamar la atención, acabando con el momento que compartían desde que inició el descanso.
—Uh, Levi, ¿Podrías prestarme tu tarea de Biología? —preguntó Auruo sin mirarlo a los ojos. Los problemas entre ellos se habían arreglado, aun así Brossard continuaba un poco orgulloso y al pelinegro tampoco es que le preocupara mucho como para hacer algo al respecto.
—La de Hange debe estar mejor —contestó neutral. El castaño lo entendió como una negativa, claro, era Ackerman, qué pretendía—. Pero sí.
Auruo alzó las cejas por la respuesta, agradeció y luego dejó a los chicos solos. El pelinegro al regresar su mirada a Erwin, lle sonreía sin mostrar los dientes limitándose a no expresar nada, asimismo, Levi batallando con no reflejar emociones en su expresión, también se calló. Pasaban un momento tan cómodo como ensoñador, observando a Bluebird, pajarita que ya se había acostumbrado a las incesantes miradas con objetivo de evitar las conversaciones que los dejaran expuestos. Debían aprovechar que tenían tiempo libre, pues dentro de poco regresarán a casa e implicaría permanecer hora separados.
—Pero miren a papá y papi pájaro —nuevamente se les acercó alguien, esta vez Nanaba, la cual se burlaba a la par que apoyaba su manos en sus caderas.
¿Acaso ese ambiente extraño que los envolvía también lo sentía los demás?
—¿Quién es el papi? —siguió la broma el rubio, cambiando de postura para dirigir su atención completa en su ingeniosa amiga.
—Obviamente Levi —dio un golpecito en el hombro de Erwin y rio sola.
