12. The boy panicking

352 75 6
                                    

— ¿Qué opinas del humano?

—Es bastante simpático. Me hace pensar en un niño pequeño. Se emociona con todo—responde Yunho a medida que organiza los platos en los estantes. Ya todos en la cocina se fueron a dormir y como de costumbre, dejaron todo hecho un desastre que él debe arreglar. Está al mando aquí, lo regañarían si hay desorden—. Pensé que iba a ser una criatura horrible y malhumorada, pero resultó ser como un león marino.

—Tenía la misma impresión, pero no quise arriesgarme a decir nada al respecto. Deformar tu opinión—Mingi se apoya del mesón de mármol y Yunho se ríe, negando con la cabeza—. ¿Vas a quedarte hoy aquí?

—Sí, la semana que viene la tengo libre y podre irme a esa casa que pago para nada. —ironiza Yunho.

Mingi se ríe negando con la cabeza. Claro, paga un alquiler, pero es inútil: debe vivir aquí por su trabajo. Todos los empleados tienen una semana libre cada tres meses. Por lo demás, es trabajo continuo, viviendo en el mismo techo que los reyes a los que sirven. En realidad, no los molesta. Nunca hay tanto qué hacer. A menos que se trate de un baile donde ellos acaban exhaustos.

Por lo demás, pueden ir de aquí para allá, usar la biblioteca e incluso tienen salas propias para pasar el rato. El único término, es mantenerse en el castillo a menos que se les exija salir por alguna razón.

Bastante incómodo a la hora de tener relaciones personales. A menos que se sea como Yunho, que tiene su novio dentro del palacio y puede verlo de vez en cuando, tocarlo de vez en cuando, tener sexo con él de vez en cuando.in

—Pensé en pedir esa semana. Tengo muchísimo tiempo sin vacaciones, así que no me la pueden negar—comenta Mingi—. Y tal vez viajar a algún lugar los dos juntos. Disfrutar tiempo de pareja.

—Eso lo hacemos aquí.

—Sí, pero aquí es donde nos esclavizan. —dramatiza Mingi y Yunho niega co la cabeza, aguantando la risa.

—Está bien ¿A dónde quieres ir?

—Pensaba en que podemos irnos a la costa de Korio. Sería estar un poco en nuestras raíces ¿Qué te parece? —propone Mingi y Yunho asiente de acuerdo.

Al igual que Hongjoong, ellos son coreanos por derivación. Korio es una de las antiguas dinastías coreanas que cayeron. Contrario a desaparecer, tan solo fueron debajo del agua y permanecer ahí gobernando a día de hoy. Como suele suceder, hay un mestizaje tremendo. Más que en tierra firme. Por ello hay tantos de rasgos mezclados en la Atlántida.

Y ellos en específico, de Corea.

—Hasta entonces—tararea Mingi—. ¿Vienes a mi habitación?

—Tengo mucho que hacer Mingi, estoy, noooooo, nooooooooooooooooooo...

El general lo carga en su hombro y se va dando impulsos para llevarlo a la habitación. Que Yunho diga que no en ese tono, es uno de que, si quiere hacerlo, pero no tiene la suficiente fuerza de voluntad para dejar sus deberes a medias al día siguiente.

Mingi lo dejaría en paz relativamente temprano para que no tenga tantos problemas.

~ * * * ~

—Ow, esos lentes son lindos—dice Wooyoung con una sonrisa, ayudando a Hongjoong a acomodarlos en el puente de que nariz—. Están mucho mejor que los que tenía antes ¿De dónde los sacó? ¿Por qué no los usó ayer cuan...? UFFF, VI OTRA DIMENSIÓN. —chilla de sorpresa por ponerse los lentes de Hongjoong.

El hombre se los arrebata para tenerlos de nuevo. Wooyoung se balancea en su sitio, mareado. La fórmula de Hongjoong usa una bastante pesada. Cualquiera que intenta ver con sus cristales, queda así. No lo asombra la reacción.

The boy who found his soul || SeongJoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora