— ¿¡Qué sucede!?
Nerea grita de miedo cuando un tiburón ballena pasa delante suyo, bien pudo haberla devorado de no haberse apartado a tiempo. Tirita en su sitio, retrocediendo un par de pasos. Los animales parecen calmarse a duras penas, con la figura rosada surgiendo de entre la pequeña muchedumbre de ellos.
Seonghwa con apena un collar largo y enorme cubriendo parte de su pecho. Indiferente a las obvias marcas que señalan que estuvo amándose con alguien más hasta hace poco. La sirena da un chillido tan fuerte y horrible, que quienes más cerca se encuentran, sueltan sangre, pero de sus orejas.
— ¿¡COMO SE ATREVEN A AMENAZAR DE MUERTE!? —exclama rabioso—. ¡A PENSAR QUE TIENEN DERECHO A ECHARLO! —recrimina haciendo vibrar todo lo que hay en un gran radio.
Para muchos, es la primera vez que ven a Seonghwa, así sea un pequeño vistazo de él moderadamente escondido por los tiburones que nadan de un lado a otro. Sin embargo, para ser la primera ocasión, es terrible que sea con él enojado como nunca. Nerea y Calístenes no se explican que le pasa ¿¡Desde cuando algo lo hace sentir así de molesto!? El par de reyes balbucean, tratan de hacer una excusa que los salve de la ira del hijo de Poseidón.
Seonghwa toma a Calístenes del cuello, levantado; clava sus uñas y lo mira directamente a los ojos, con este ligeramente oscurecido, advirtiendo que en cualquier momento podría atacar.
—Hongjoong se quedará en la Atlántida hasta que yo diga que tiene permitido irse—ordena, su voz hace eco y la parte buena de que todos estén presentes, es que así la orden se expande a ellos también. No solo a Calístenes y Nerea—. Él es mío—truena más cerca de él, acercándolo a su rostro—. Trata... tan siquiera... de lastimarlo... y tu nombre será borrado de la existencia... de cada memoria... de cada alma.
Lo lanza con demasiada fuerza y ruge a la cara de Nerea, quien cae al piso, llorando sin lágrimas a falta de poder distinguirse. Seonghwa la observa con molestia y sin sentir ninguna pena por su estado asustadizo.
Es lo que se merece ¿Con que derecho cree que puede decidir esa clase de coas?
A Calístenes y Nerea se les olvida que son simples mortales. Ser reyes no cambia que el océano es de Poseidón y si Seonghwa o cualquiera de sus hijos lo pide, hará que cualquier reino desaparezca sin remordimiento ninguno.
~ * * * ~
—No vuelvas a dejarme así—pide Hongjoong en un lloriqueo—. Me asustaste... ¡Y me tengo que ir! —lloriquea más fuerte y melodramático, con las gafas torcidas en el rostro—. ¡Me van a matar!
—"No te van a matar" —anuncia Seonghwa. Hongjoong se acomoda las gafas—. "Ya lo arreglé con los reyes. Tu tiempo en la Atlántida y bajo el agua aún no termina." —sonríe emocionado y Hongjoong abre los ojos con sorpresa.
— ¿De verdad? —Seonghwa asiente—. ¡SÍ! SÍSÍSÍSÍ.
Se golpea en la cabeza con el techo de la cueva, pero no borra ni una pisca de la emoción que siente. Lanzando al agua para abrazar a Seonghwa. La sirena le busca los labios, considerando que se merece un beso ahí por lo que consiguió.
Aunque claro, Hongjoong no tiene que enterarse de esos detalles aún.
~ * * * ~
—Creo que se me bajo la tensión o algo así—admite Wooyoung tiritando—. Eso fue horrible... aunque ¿Qué es eso de que Hongjoong se iba? Pensé que aún no era el momento de eso.
—Los reyes le ordenaron irse hoy. Un castigo por haber llevado a Seonghwa a la superficie según sé—Wooyoung desvía la mirada, discreto y jugando con la tela de su blusa—. ¿No sé de dónde salió eso? Asumiré que sí lo hizo, por eso vino a defenderlo, pero cómo se enteraron para iniciar. Literalmente nadie los vio.
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The boy who found his soul || SeongJoong
Fanfiction"Hay personas que no pertenecen a la tierra, pertenecen al océano y a la profundidad así como a quienes habitan en ella. Eres especial Hongjoong... tanto que no perteneces allá arriba, sino aquí, junto al canto de las sirenas." AU!Sirens&Royalty Pai...