Salvaje Divinidad. [🎶] Yoomin. ¡TERMINADA!

Capitulo 38

En terreno peligroso en medio de la campaña, veía el rey a sus guerreros pelear, viendo la diferencia tan grande entre los seres demoniacos contra los volcánicos. Usando como ultimo medio en la mañana la llegada de clanes acuáticos, los herreros se presentan con las sirenas que pueden mantenerse en la forma terrestre.

El rey prepara la espada demoniaca dada por el mismo universo, siendo una clara idea a lo que tenia el destino encomendado. La serpiente se arrastra alrededor del cuerpo de su amo, hasta que la mano pálida alcanza a convertir la misma serpiente en su espada.

− ¡Resguardaremos a su majestad! ¡Preparen los cañones de agua! −Demanda el nuevo concejal de su majestad− ¡Terminaremos con el núcleo en el inframundo! ¡Llevaremos el reino a la victoria!

Los concejales obedientes se portan a los costados de su majestad, en una gran distancia para no invocar su ira. El rey demonio se monta sobre su Pegaso, abriendo camino entre los seres demoniacos que intentan atacarlo desde el suelo, usando llamaradas de fuego y lava volcánica.

Esquivando entre el ciclo, el cuerpo del demonio se lanza, tomando la espada con ambas manos, para cortar la misma tierra del volcán, central. El núcleo es abierto, siendo los mismos cañones de agua que chocan.

Entre el fuego y el agua, invoca una neblina de agua, haciendo ceder a los guerreros de fuego e inclinándose ante sus vencedores. En un aspirar de magia demoniaca el demonio abre su paso, para ver a sus guerreros levantar sus armas en la clara victoria.

Viendo en uno de los pasadizos que le espera en el subsuelo, une a sus concejales para dirigirlo a los alrededores y la princesa en armadura, se queda junto hermano. Preparando una cuchilla, que espera que pronto sea usada.

−Adentro aguarda el reino del inframundo. ¿Ira usted solo? −Cuestiona Umji− Puede estar esperándolo una emboscada de nuevo, majestad.

−Los del clan del inframundo son honorables guerreros, nunca serian capaces de atacar por la espalda. −Dice Yoongi dando el camino a su hermana− Sígueme, Umji.

La chica que se muestra seria, por dentro era un manojo de nervios. Deja a su majestad pasar primero a las escaleras de piedra, en un túnel iluminado por antorcha los hermanos, marchan cuesta abajo, en un ambiente cálido y asfixiante.

El demonio nota el semblante decaído de su hermana, pronto descubriría la noticia de su vínculo. En cualquier momento esperaría que se mostrara disgustada, que le gritara o desembocara algún descontento, pero simplemente la ve.

Su hermana Umji conocía las leyes, como miembro de la dinastía tenía que aceptarlas.

−Hace poco una carta fue enviada al clan del infierno, falsificaron esa carta con mi sello. −Menciona el demonio con la mera calma que siempre lo acompaña− Esa carta declaraba la guerra entre el infierno y nuestro reino. ¿Entiendes la multitud de eso, Umji?

La chica que tenia su mano en la cuchilla en su cinturón se mantenía, con discreción. Rogaba que sus instintos se calmaran y que no actuara, en mera impotencia.

−Lo reconozco, majestad. Una falsificación así pudo haber desembocado la catástrofe. −Responde en automático− Pero, el destino lo ha bendecido en un reino que crecerá innumerablemente.

−Tu me conoces mejor que nadie, querida hermana. Sí alguna vez descubro que las personas que confió me traicionan, el precio de esa traición será muy caro...

En un lugar aislado de los demás guerreros, la princesa siente sus grandes nervios. La cuchilla que estaba por apuñalar en el nombre de su vinculo e hijo, es detenida por cuestión de inercia. El rey demonio para sus pasos, pero eso no era lo que causo que burlara sus planes el rey demonio, sino aquel cazador que le quito el lugar a su vínculo.