¿Por qué Sara estaría en ese lugar junto a ese estúpido de los Reyes?
La mirada inquisidora de Gabriela Acevedo podía aniquilar hasta al mayor de los depredadores. La fiereza, lo altiva, así como la furia que desprendía de cada poro de su piel, la había dejado sin habla.
Esa era la forma de proceder de su mamá.
Desde niñas siempre les había inculcado miedo, y lo peor; inseguridad.
La inseguridad de no ser lo suficientemente hermosas, estudiosas, educadas, cultas... La lista podía ser interminable, porque para Gabriela nada podía darse por sentado y nada se acercaba a sus altas expectativas.
Siempre le había dado la razón, siempre había querido cumplir sus deseos, pero era ahora cuando se percataba que aquello no era bueno ni saludable y que esas altas miras no eran más que una ilusión desproporcionada en la mente de una mujer que se engañaba así misma con el fin de tener una vida perfecta.
Nada era perfecto y la imperfección era la clave de todo.
Estaba cansada, no solo físicamente, también psicológicamente. La psique de sus hermanas y ella estaba al borde del colapso con las exigencias de Gabriela.
Tal como había pensado unos minutos atrás, debía de agarrar las riendas de su vida y enfrentarse a su mamá. No podía seguir más tiempo escondiendo a esa Sara que tenía ganas de comerse el mundo y que quería enseñar a todos lo mucho que amaba a Franco Reyes.
Era la señal que necesitaba para dar un paso al frente.
Iba a confesar y cuando lo hiciera, los Fernando y las Rosarios se esfumarían de sus vidas.
–Mamá –comenzó–, hay un motivo por el cual me encontraba junto a Franco, y este es...
Tomó una gran bocanada de aire.
El vivir en secreto llegaba a su fin...
–¡Se estaban peleando!
La voz de Jimena la interrumpió.
–¡Eso es! Franco quiere derruir la cabaña... ¡Sí! –exclamó Norma. –Y mi hermana se reunió con él para impedirlo.
Sara miró atónita a sus hermanas, no esperaba que fueran a ser más rápidas que ella, pero más atónita se quedó cuando su madre compró la mentira fácilmente.
–Sarita es la única de ustedes que se enfrenta a los Reyes.
Su voz se enmudeció al escuchar aquellas palabras de su mamá, y ver su mirada de orgullo.
Entendía que sus hermanas estaban tratando de ayudarla en ocultar su relación con Franco y estaba totalmente agradecida, pero también necesitaba un empujón para contarle a su mamá y ese día, en ese justo momento, pensó que lo tenía, que no había vuelta atrás y confesaría su secreto.
Callarse no era la opción.
Callarse le daba más poder a Fernando.
Pero no podía, no podía cuando su mamá la tomó del brazo y la arrastró al interior de la casa, feliz por pensar que una de sus hijas no había sucumbido a los encantos de los Reyes.
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Sara miró con culpa la sonrisa con la que Franco llegaba en su auto.
Habían decidido encontrarse lejos de la hacienda Elizondo, en un lugar donde su mamá no pudiera verles partir juntos.
–Mi amor –Franco detuvo el auto y bajó rápidamente de este para recibirla–, no sabes cuanto ansiaba este momento –sin dejarla decir nada, la tomó entre sus brazos y la besó profundamente, haciendo que se olvidase de su debate emocional.
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La decisión de Sara
FanficTras despistar a Fernando y evitando que Gabriela les descubra, Franco y Sara consiguen consumar su amor con libertad. La experiencia causa en Sara sensaciones desconocidas que la llevan a verse en la encrucijada de tomar una importante decisión... ...