El Comienzo..

246 13 2
                                    

 Esta es la historia poco convencional de un joven que descubre otro mundo de soledad idéntico al de él. Felipe Tapia, un joven muchacho que de niño tuvo grandes ambiciones, pero ahora está resignado a vivir su sueño enfrascado en el sistema: comer, dormir, estudiar y trabajar. Su niñez y adolescencia fue ejemplar, siendo siempre sobresaliente en todas las áreas. Sociable, amistoso y buena persona. ¿Quién creería que ahora que tiene 19 años no es ni la sombra de aquel chiquillo de 13 años que todos querían?

Habían 2 cosas que hacían que Felipe despertara cada día: la primera era su columna en un diario local y la segunda cosa era su sed de amor. -¿Amor?, ¿No es algo demasiado trillado para una historia poco convencional?- así es, pero el hablar netamente de amor es poco convencional hoy en día, Felipe se estaba dando cuenta que, en todas las historias románticas hay algo que el mismo denominó como: Idilio imperfecto. Esta denominación la dio luego de leer 5 novelas seguidas, donde en 2 historias la protagonista perdía al amor de su vida, otra historia donde la protagonista era una prostituta harta del sexo, otra donde el chico tenía un pasado demasiado oscuro, y la otra donde el suicidio se apoderaba de la mente de un hombre que fue abandonado por su novia, yéndose con su mejor amigo. Eso también pasa en la vida real, a diferencia que en los libros, a todo se le da una moraleja.

Felipe veía esas historias y se frustraba aun mas, se suponía que él leía esos libros para escapar de la realidad y ver historias bonitas, no para ver la agonía y el malestar de las personas, o ver los retorcidas que pueden llegar a ser algunas historias, si él quisiera eso, solo debería echar un vistazo en la vida real, y no dar tantas vueltas. Todas las historias tenían sexo, engaño, infidelidad, promiscuidad y un segundo comienzo. Todo giraba en torno a eso. 
"Si todos queremos un amor bonito, ¿Por qué no lo intentamos? ¿Por qué no nos cuidamos e intentamos llegar puros al matrimonio? ¿Porque nos dañamos de tal manera la mente que olvidamos que el amor existe? ¿Por qué evitamos enamorarnos? ¿O necesitamos el fango de lo absurdo para enamorarnos de verdad?"

Ese mismo día él iba caminando desde la editorial del periódico hasta la universidad, había dejado lo que se publicaría el día siguiente, y de allí, se dignaba a ir a clases.

Al caminar por las calles de la ciudad, se dio cuenta de algo. Si hubiera pasado por allí unos segundos antes, o hubiera decidido tomar otra ruta, tal vez no lo fuera percibido de esa manera: pasó frente una floristería y vio a una señora regando unas margaritas, entonces se dio cuenta que las personas están marchitas. En el fondo todos son como las flores, llenos de colores, vida y olor grato; pero que si no se cuidan como es debido, se marchitan y mueren antes de lo esperado. Era una filosofía que comenzaba a surgir en la mente de Felipe, aunque casi imperceptible para él en ese momento, estaba más pendiente del porqué la gente anhelaba amar, pero que nunca hacían el esfuerzo por miedo a lastimarse. 

"Muchas personas tienden a no enamorarse por miedo a ocasionarse daño, pero la verdad es que no hay peor daño que no tener a alguien que te aprecie como eres, o el no tener a alguien en quien pensar por las largas noches de invierno."

El sábado de esa semana, como le era de costumbre, con apenas 3 meses de columnista, Felipe revisaba las cartas que le enviaban sus lectores. Había gran diversidad de comentarios, desde felicitaciones por su arduo trabajo, hasta amenazas por parte de religiosos y ateos. A él le daba igual lo que dijeran las criticas, mientras a él le siguiera gustando lo que publicaba y le siguieran pagando por ello, no tenia problema, sin embargo leía todas y cada una de las cartas que le enviaban. Después que leyó las cartas, se levantó de la silla, las recogió de la mesa y las guardó en una caja junto a las demás.

Salió a caminar un rato para pensar lo que iba a poner en su columna el lunes siguiente, ya que sus publicaciones eran de lunes a viernes, aprovechaba los sábados y domingos para adelantar 2 o 3 días de trabajo. Luego de caminar por unos 20 minutos, se sentó en una banca del parque de la ciudad; desde allí logró ver algo que ni en novelas había visto en mucho tiempo: parejas enamoradas tomadas de la mano caminando tranquilamente. Fue muy bonito: vio a una joven pareja muy feliz con anillos de compromiso puestos, una pareja de ancianos, con anillos de casados puestos, y en sus ojos aun ardía la llama de la pasión del uno para el otro, unos jóvenes recién casados, con anillos de casados puestos enseñando los primeros pasitos a su bebé, era una escena muy hermosa, era real, eso le alegraba, pero a la vez le entristecía, pues no tenía ni siquiera a alguien en quien pensar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 03, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Amor de adolescentes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora