Príncipe Captivo

14

Durante su estadía en el pueblo, pudieron descansar y recabar recursos para seguir con su viaje. Gracias a su cambio de aspecto, Jeonghan pudo pasear libremente sin ser reconocido; de cualquier forma, no mucha gente de su reino lo había visto en persona; la mayoría sabía de él por lo que contaban las voces.

"El príncipe sigue sin aparecer..." La voz de una mujer se escuchó del otro lado del puesto de frutas. "Es una pena que el reino haya perdido al último de los Yoon..."

Mingyu soltó las manzanas que llevaba para seguir a las mujeres que avanzaban hacia un callejón.

"Mi esposo dice que no están seguros de la versión del duque; incluso han surgido disputas con los altos cargos del ejército. El príncipe Yoon tenía hombres muy leales que luchaban a su lado y estaban dispuestos a morir por él...", relataba la mujer.

"¿Es por eso que las tropas marcharon la semana pasada? ¿Buscaban al príncipe?", preguntó su acompañante.

"Sí, lo han estado buscando por el reino y en el país donde se le vio por última vez. Las tropas querían intentar en Quartz, pero fueron detenidas por el duque..."

Las mujeres aceleraron el paso al notar que Mingyu las seguía, por lo que no le fue posible escuchar más.

...

Durante su estadía habían logrado reunir algunas monedas: Wonwoo y Jun limpiando establos, Jeonghan ganando apuestas, y Mingyu y Jisoo realizando labores pesadas en el mercado. Con el dinero recabado, compraron víveres y ropa para continuar con su viaje.

Gracias a la información que Mingyu escuchó, tenían ahora un destino más claro: alcanzar a las tropas.

La encomienda era difícil, pues no sabían qué rumbo habían tomado. El plan era llegar al siguiente pueblo e investigar si el ejército había pasado por ahí.

Durante el par de días que trabajó en el mercado, Mingyu conoció a un comerciante de frutas que atravesaba el país una vez a la semana. Le ofreció un saco de monedas por dos lugares dentro de su carruaje; esto les permitiría acelerar el paso.

"Sigo pensando que debería ir yo contigo", dijo Jisoo acomodando la capa de Jeonghan para protegerlo de la llovizna mañanera.

"Está bien. Confío en Mingyu y en mi propia capacidad para mantenerme con vida. Sólo tengo que alcanzar a mis hombres. En cuanto los encontremos, todo estará bien. Esperen en el siguiente poblado, enviaré un mensajero y transporte para reencontrarnos", terminó abrazando a su consejero tratando de reconfortarlo.

Sin más se despidieron de sus consejeros y fiel sirviente, la angustia reflejada en sus miradas.

Después de unas horas llegaron al siguiente poblado. Ambos se mantuvieron en silencio durante el viaje, en parte porque querían evitar ser escuchados. Además, Jeonghan había estado distante desde que se enteró de las tropas que lo buscaban.

Al llegar al pueblo, Mingyu dejó a Jeonghan desayunando para comenzar a investigar. Su vestimenta casual le hacía fácil mezclarse con los sirvientes y aldeanos que acudían al mercado, encontrando en las mujeres su mejor fuente.

Después de varios intentos fallidos, su suerte cambió.

"Mi amo me mencionó que el ejército estuvo por aquí."

"Así es, ayer marcharon por el pueblo", contestó la agradable joven con la que había estado conversando por unos minutos.

"¿De verdad? Nunca he visto marchar a las tropas. ¿Sabes si siguen cerca?"

"Mi señora mencionó que se dirigían al este. No estoy muy segura de qué significa, pero no creo que vuelvan pronto."

Regresó por Jeonghan para contarle la nueva información.