CAPITULO ÚNICO.

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Por lo pasillos de la enorme mansión se escuchaban los sollozos de la pequeña castaña que buscaba desesperadamente a su madre, sin embargo por más que corriera y buscará en en cada habitación del lugar no lograba encontrarla.
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- Te encontré...- susurra un agotado peli plata mientras la toma en brazos y le da un sonoro beso en la cabeza.

- Donde está!!- pregunta en medio del llanto la niña.

- Está tan triste como tú pequeña... Dejémosla sola un rato, prometo quedarme contigo hasta que ella vuelva- susurra el mayor mientras camina hasta la habitación de la niña.

- Por que se fue... Por qué el sesshy- solloza la niña con su pequeño rostro lleno de lágrimas.
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Tan solo una hora atrás la familia Matsubara le había dado el último adiós a quien por muchos años consideraron su pilar, Takahiro Matsubara... El padre de la pequeña Rin y el joven Naraku... El esposo de Charlotte, quien no ha salido de su despacho desde que regresaron a la casa; Takahiro tuvo un accidente aéreo y perdió la vida dos días antes cuando iba de regreso a Kyoto junto a su familia, la pequeña niña y su hermano se encontraban devastados... Tanto así que los mayores se olvidaron que la pequeña castaña también sentía dolor y que debido a que ellos se encerraron en su propia nube de tristeza ella se encontraba completamente sola... Al menos hasta que llegaron Toga Taisho y su hijo Sesshomaru, quienes se encargarían de los negocios familiares hasta que Naraku cumpliera la mayoría de edad.
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- Duerme un poco- dice el albino en un tono suave tratando de calmar a la niña.

Pero a pesar de sus esfuerzos la niña no paraba de llorar, y la comprendía completamente... La pequeña de ocho años había perdido repentinamente a su padre y su madre ni si quiera estaba con ella como para consolarla, como último recurso recordó que su padrino cada noche leía un historia para ella, se levantó y tomo un libro de los que se encontraban en el estante y comenzó a leer, a los minutos la niña se comenzó a calmar y poco a poco fue conciliando el sueño.

Los días pasaron y con ellos aumento la tristeza que abundaba en aquella casa, Naraku decidió mudarse a Tokio para poder aprender sobre los negocios de su padre y Charlotte decidió regresar a Italia, donde vivió toda su infancia, mientras que la pequeña tuvo que dejar su país, sus amigos e incluso a su hermano para seguir a su madre.
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DIESIOCHO AÑOS DESPUÉS.
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Rin despertó tan temprano como de costumbre, lavo sus dientes y bajo al comedor.

- Buenos días nana- saluda la castaña a la mujer mayor que le servía el desayuno.

- Buenos días mi amor- responde kaede mientras se gira y coloca un vaso de jugo de manzana en el puesto de la chica.

- Sabes si tu madre está despierta- inquiere la mayor.

- Seguramente debe estar dormida... Ayer la escuché romper algunas cosas- dice la joven con obviedad.

- Deberías llevarla a alcohólicos anónimos- dice seriamente kaede.

- Seguramente me la regresan a los minutos- responde Rin en medio de una risilla.

Para las dos mujer bromear sobre aquella situación ya era bastante común, en el pasado ambas intentaron ayudar a Charlotte pero ella se negó y le dejó muy en claro a su hija que no deseaba volver a verla... Aunque lo último no se cumplió, debido a que a pesar de la situación Rin no estaba dispuesta a abandonar a su madre, Naraku ya lo había hecho y ella se había jurado no ser como su hermano, quien pareciera haber olvidado que tenía una madre y una hermana por qué aunque llamaba de vez en cuando jamás fue a visitarlas desde que se mudaron Milán.
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Encadenada a tu amor (ONE-SHOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora