7 - PeleaMegan Simonetti
—Esta bien, pero no vuelvas después de las cinco—Me advirtió mí madre.
—¿Después de las cinco? Yo a esa edad ni siquiera salía mamá—Se quejo mí hermano.
—Pero tú eres un desastre de buena manera cariño, tu hermana es bueno... tu hermana.
Mí hermano se rió.
—¿Estás diciendo que no tengo personalidad?—Pregunto indignada.
—No Megan, me refiero a qué eres más tranquila—Mamá intento arreglarlo.
Yo ignore eso y subí a mí habítacion, le avisé a Vanesa que si iría a la fiesta y que tenía que buscarme.
Mientras tanto lo único que hice fue leer y terminar unos trabajos que tenía pendientes, cuando terminé ya estaba oscureciendo así que comencé a prepararme.
Después de ducharme, secar y planchar mí cabello comencé a cambiarme. Cuando terminé baje a la sala y al entrar me pare en secó al ver qué estaba mí hermano y unos amigos, incluído Nate claro.
Todos me miraron, Nate al ver esto me miró con los ojos entrecerrados igual que mí hermano.
—Em... Lo siento, no sabía que estaban ocupados—Me disculpe avergonzada al ver la mirada de asesinos de los amigos monster.
Me dí la vuelta y me fuí a la cocina, busque una botella de agua y al cerrar la nevera, salte asustada porque Nate estaba allí de brazos cruzados.
—Mierda Nathaniel ¿Porque me asustas asi gillipollas?—Le espete molesta.
—¿Y tu por qué te muestras así adelante de todos?—Me dijo mirándome de arriba abajo.
—¿Disculpa? Yo tengo derecho a vestirme como se me da la gana y en cuanto a tus celos si no sabes controlarlos no es mí problema.
—No estoy celoso.
—Entonces deja de ser tan idiota y vete por dónde viniste, está es mí casa, no puedes decirme que hacer y menos como vestirme porque...
—¿Porque?¿Por qué no lo puedo hacer Megan?—Me preguntó acercándose un poco más a mí quedando a centímetros.
—Por qué no me interesa lo que creas—Dije segura.
—Entonces supongo que no te importa que crea que te ves jodidamente bien.
Me quedé inmóvil, sin palabras, pero reaccióne y supe lo que estaba haciendo, el sabía el control que tenía sobre mí cuando me decía esas cosas, pero yo ya no era la niña que el había dejado hace siete años atrás.
—Eres un idiota—Le dije y seguido a eso le tiré el vaso de agua en la camiseta.
Y justo cuándo el estaba por quejarse escuché la bocina del coche de Vanesa.
—Diviertete estudiando Nathaniel.
Salí de la casa sin poder creer lo que acababa de hacer. Nunca le había hablado así a alguien, menos a Nathaniel. Mucho menos me había controlado a mí misma antes de que los demás lo hagan. No sabía que se sentía tan bien.
—Hola Nena ¿Que hacía?—Me preguntó mí mejor amiga cuando me subí al coche.
—Poniendo en su lugar a Nathaniel Heath—Respondí simplemente.
—¿Que?
—Me estaba molestando y le tiré un vaso de agua encima—Dije indiferente.
—¿Quien eres y que ha hecho con mí amiga la dulce Meg?—Bromeo sorprendida.
—La estoy matando poco a poco—Sonreí victoriosa.
Chocamos los puños y ella comenzó caminó hacia la fiesta. Cuándo llegamos al mismo tiempo vimos a Sabino y Amadeo, nos acercamos a ellos y los saludamos.
—A que no saben que hizo nuestra increíble mejor amiga—Comento Vanesa.
—¿Que hiciste ahora?—Me pregunto Amadeo.
—Le ha dado pelea y le ha tirado un vaso de agua entero a nuestro querido Nathaniel Heath.
—No me jodas—Dijo Sabino—Por fin, ya te estabas tardando Meg.
—¿Y el que hizo?—Preguntó Amadeo.
—Nada, por qué a los segundos de quejarse, está chica me salvó—Me referí a Vanesa.
—Que te quede claro que no creo que Nathaniel se quede sin hacer nada.
—Nathaniel nunca le haría algo a Megan por más malo que sea, aunque lo niegue la quiere.
—Bueno, dejemos de hablar de Nate y vamos a bailar y tomar por favor—Pedi encaminandome hacia la discoteca.
Mis amigos me siguieron y estaba muy bien bailando y divirtiéndome con ellos, fue sanador. Y estaba contenta por qué pude superar por unos minutos lo que sentía por Nate y enfocarme en mí, aún que eso no haya desatado algo muy bueno.
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Un paraíso de estrellas
Lãng mạnMegan solo quiere tener una vida normal, nunca se ha enamorado, excepto una vez hace demasiado tiempo atrás, antes de que su vida se convirtiera en un huracán de problemas constantes. Pero ese amor que ella creía que estaba tan lejos física como men...