There's something magic about you [happybear]

Honey, You're Familiar

22,807 Palabras

"Spreen."

Su pierna no dejaba de rebotar en el lugar. Era una mala costumbre- algo que hacía cuando estaba inquieto, cuando algo lo molestaba, y no podía hacer nada al respecto. Ese hábito le había dado más calambres de los que le gustaría admitir.

"Ey, Spreen."

El lugar que ocupaba en la mesa de Slytherin era- sorprendentemente- ideal para la tarea de observar. Estaba prácticamente pegada a la puerta, era la primera parada que los alumnos pasaban si querían llegar a sus mesas. Le daba una buena pista de quién entraba y quién salía.

Ayudaba, también, que se sentara dándole la espalda a la pared; el panorama de todo el comedor se desplegaba frente a él, y con su altura incluso podía ver las cabezas en la mesa más alejada a la suya.

" ¡Spreen!"

"¿Eh?" Se sobresaltó, "¿Qué?"

"Si sigues viendo la mesa de los Hufflepuff, van a pensar que quieres matar a alguien." Comentan a su lado. Un chico flaco y alto, tan alto que si se movía de más, sus rodillas iban a chocar contra el techo de la mesa. Su insignia de prefecto estaba al revés sobre su túnica arrugada.

"Cerrá el orto, teñido."

No es que estuviera preocupado. Si algo lo caracterizaba, es que él no se preocupaba por boludeces.

"Bah, como digas."

Si tuviera que describirlo, tal vez sería intriga. Pura curiosidad era lo que crecía tras sus lentes oscuros, nada más.

Intentó volver a su puré de calabaza sin tocar, pero sus ojos se desviaron sin que lo quisiera. Desde su posición y con la mesa de los Ravenclaw en medio, no podía percibir muy bien. Pero si se lo proponía, podía imaginar bufandas en amarillo y negro, risas y charlas mundanas, conversaciones bañadas en néctar y calidez y amabilidad. Incluso podía imaginar todo eso siendo ahogado por las risas de la mesa de atrás- la mesa Gryffindor, para sorpresa de nadie.

"¿Dónde estará tu amigo? Ya sabes, el pequeñito." vuelve a hablar el joven a su lado, "Ya tendría que haber venido a robarte comida. Dice que las papas de aquí son mejores, pero no sé yo."

Eso es lo que Spreen se preguntaba, también. De hecho, es lo que se venía preguntando la última media hora.

Dónde estaba su amigo- no si las papas de su mesa eran las mejores. Pero viendo que estaban echas a un lado sin tocar el resto de su comida, aguadas y con una costra desconocida alrededor, tenía su respuesta.

"Creo que sólo le gusta que salgan de mi plato." murmuró, más para él mismo que para el otro.

Volviendo al tema, no era inusual que Carrera llegue tarde a todos lados.

Pasaba más tiempo dentro de su cabeza que afuera, y era difícil devolverlo a la realidad, como si la noción de su propio tiempo fuera desconocida para él. No eran primerizas las veces que irrumpía en mitad de una clase de Estudios Muggle , respirando pesado como si un troll lo hubiera perseguido la mitad del camino hasta ahí, ni era raro cuando se saltaba el desayuno por haberse quedado despierto hasta altas horas de la noche, embobado con las fotografías movedizas decorando las páginas de " hipocampos 101: mi primer hipocampo ."

A pesar de todo eso, Carrera terminaba apareciendo, tarde o temprano. Más tarde que temprano, pero aparecía.

El reloj marcaba las diez y media de la noche , treinta minutos desde que dieron la cena, treinta minutos más para que sea el toque de queda, y Carrera no había mostrado signos de vida en todo el día.