Sentimientos encontrados

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-Ya no estoy segura de querer estar aquí.- me dijo Sophie.

-Pensé que no podrías estar mas feliz.

-No soy infeliz solo que... Es difícil.

-¿Qué?

-Querer a alguien que tiene tanto poder, quiero decir no lo había pensado pero... No puedo ser reina, necesito mas fortaleza, más decisión ser más tu.

-Yo tampoco creo que pueda ser reina.

-¿No?

-Aunque no niego que me gustaría.

-¿Te gusta el príncipe?

-No, aun no.

Me di cuenta de mis palabras y quería comérmelas.

-¿"Aun"?

-No me gusta.

-Aun.-dijo con una sonrisa.- si lo vieras haciendo sus prácticas, ufff.

-Sophie- dije a la vez que abría mis ojos como platos.

-¿Qué? No me mires así, si lo vieras te darías cuenta.

-No necesito ver sus músculos para convencerme de que es lo que hago aquí.

-Y ¿Qué haces?

-Ayudar a mi familia, acompañarte.

-¿No querrías ser su esposa?

-No lo conozco.

-Pero y su tiempo juntos...

-Me dedica el mismo tiempo que a todas, nunca hablamos de el.

-Y ¿de qué hablan?

-De nada en especifico, pero tengo que decir que no es tan malo como esperaba.

-Te quiere.- me dice de la nada.

-No lo creo- digo negando con la cabeza.

-Siempre te mira en la mesa.

-¿Cómo lo sabes?

-Por qué antes yo lo miraba.

-No solo me mira a mi.

-Porque tiene que ser equitativo, no quiere que se den cuenta.

Iba a hablar pero ella me interrumpe.

-Que dirías si te pidiera que fueras una elitista.

-Aceptaría.

-La elegida.

-Es demasiado.

Mi hermana llego y nos observo a las 2, luego hizo una seña con las manos para que nos corrieramos y le diéramos espacio en la mitad.

-¿de qué hablan?

-Cosas de grandes.- respondió Sophie con una sonrisa.

-Yo soy grande.

-Tienes razón.

-¿De qué hablaban?- repitió.

-Tu eres una niña grande, cuéntanos.

-Hablaban de ¿sumas?

-Si.- dijo Sophie -mira: tu hermana+el príncipe=

-Aun no he visto eso.

-Bueno te diré la respuesta, la respuesta es amor.

-No es cierto.

-Si lo es.

-Si lo es.- dijo Abril.

-¿Cómo lo sabes?

-Sophie es muy buena en matemáticas.

-Yo también.

Abril pone su manita en mi brazo.

-No, no es cierto.

La miro extrañada.

-¿Vas a presentarme al príncipe?

-¿A mi también?- dijo la mamá de Sophie entrando.

-El esta muy ocupado, tiene cosas que hacer...

-¡Oh! Ahí esta.- dice Abril y corre hacia el.

-No, Abril.- digo parándome y llenado tras ella.

-Hola.- salida mi hermana al príncipe, me quedo quieta a unos metros de ellos.

-Hola, tu debes ser Abril.

¿Cómo sabía eso?

-Si, ¿mi hermana te ha hablado de mi?

-Si.- no es cierto, siempre que podía evitaba el tema porque me di cuenta que no estaría para protegerla y podrían hacerle daño.

-¿La amas?

Antes que respondiera intervine.

-Hola, que pena contigo tenía muchas ansias de conocerte.

-Y yo de conocerla.

-¿En serio?- preguntamos las 2 al unísono.

-Si, necesito hablarte.

Le tiende la mano a mi hermana.

-No habla con extraños.

-No es un extraño, es el príncipe.

-No lo conoces.

-¿Y tu?- me pregunta el.

-No.- respondo a su pregunta.

-Hola- nos saluda Meredith pasando-lo tu debes ser su hermana.- Meredith si sabia de Abril yo le hable de eso.

-Meredith, puedes acompañarnos.

-¿Que estas haciendo?

-¿Confías en ella?

-Si.

-Perfecto, si ella nos acompaña podremos ir.

-Bien.

Los dejo alejarse.

Voy recorriendo el. Astillo tratando de halar la habitación que me había mostrado, "este castillo tiene muchos secretos" pienso "los secretos son secretos por una razón".

-No creas que no se cual es tu juego.- dijo Anne fijada en su revista. Seguí.

-Hablo contigo.

-Según tu ¿cuál es?

-La hermana tierna, familia perfecta, dulces, educadas, me hacen querer vomitar.

-Sabes tengo muchas ganas de golpearte pero no lo hago porque no vales la pena.

-Tienes razón, las 2 sabemos que voy a ganar.

-No es una competencia.

-Voy a ganar el premio.

-¡Es una persona!

-Como sea, es una batalla perdida, no te molestes.

-No lo hago.

-El me conoce de toda la vida.

-Te Felicito.

-Solo estas celosa.

-¿De qué? ¿de ti?

-Obvio, yo soy su preferida.

-Realmente no me puede importar menos.

-Bueno me alegra y mantén a tu amiguita lejos de el.- dijo como si Sophie fuera poca cosa.

-Mira- dije acercándome a ella- puedes hablar mal de mi, restregarme en mi cara todo lo que crees que eres y tienes. -me detuve -pero si hablas mal de mi familia te ganas un puñetazo.

-Quiero verte.- me dice retándome.

La piso, solo la piso.

-No vales la pena.

-Oh ¿si?

Se va corriendo a quien sabe donde y desaparece, no es nada.

El comienzo de la Selección {PAUSADA} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora