Spy x Family | One-Shots

II - ¿Una Anya borracha? ¡Que problemota!

Siempre había sido difícil ser parte de la familia Forger. Desde su inicio no sabía como verse a sí misma en aquel extraño ambiente, sumado a su poco convencional ocupación para ayudar a traer pan a la mesa, pero consumados ya casi diez años de matrimonio "falso", ya era difícil ver a su familia como algo que no fuera... Eso. Familia.

Loid Forger era algo distante a veces, pero había logrado romper de algún modo aquel hielo que rodeaba la hegemónica figura del psiquiatra. Incluso, después de varios años había conseguido el increíble logro de compartir cama con él. Constantemente. Ya no era sólo un trámite por conveniencia, de hecho ya se habían comprado entre sí múltiples accesorios que llevaban a todos lados. Era imposible ver a la mujer sin aquel collar de plata que su marido le había comprado para su quinto aniversario.

Y Anya... No pudo ver a esa jovencita como una extraña ni desde la primera vez que la conoció, y mucho menos después de verla convertirse en toda una mujercita. Yor había pasado muchos de sus conocimientos a aquella joven por su propio bien, casi al punto de convertirla en una mini Yor cuando lograban sacarla de sus casillas. Anya ya era la hija de Yor, y ni el fin del mundo podría cambiar eso.

¿Los años le pesaban en su trabajo? Claro que sí. Casi cuarenta años hacían que las patadas empezaran a dolerte más a ti que al que las recibía, y no es como que Thorn Princess fuese débil ni nada por el estilo, simplemente tantos años de ese nivel de esfuerzo dejaban un cuerpo destrozado después de tanto tiempo. Y aún así, Loid y Anya ponían total confianza en ella para protegerlos cuando el psiquiatra no podía hacerlo.

—Tía Yor... Nnngh, ¡Tía Yor!

Grande fue su sorpresa al escuchar el llamado de una voz conocida una noche de luna nueva en septiembre, mientras ella compartía una velada a solas con su marido.

Anya había ido con Becky, Ewen, Emile y Damian a celebrar el ascenso a Estudiante Imperial de este último, a pesar de la endeble negativa del celebrado por invitar a la esper. La adorable insistencia de Forger y Blackbell por acompañarlos era mucho para Damian para rechazar, al punto en que incluso rentaron un restaurante entero entre todos... Anya puso más de una mesada para pagar su parte de la cuota, e incluso así recibió ayuda de Damian para pagar. No iba a ser nada muy grande, sólo una cena y luego una ida a un karaoke que Becky tuvo que empujar hasta las últimas para que se llevara a cabo. Nada de lo que preocuparse.

Pero la exaltación en la voz de Becky hacia entender a Yor que las cosas no habían ido tal y como se esperaba.

—¿Hm?... Es Becky — la mujer de ojos rubí miró a la puerta antes de levantarse, separándose de la cómoda posición en la que estaba acurrucada junto a su marido para desgracia del rubio. —¡Ya voy!

Hm... Nunca suena tan preocupada. Pensaba Loid, algo molesto por la interrupción del tiempo de calidad con su esposa. Para una vez que Handler no lo ahogaba en misiones... —Tranquila, yo atiendo. — el rubio se levantó y se dirigió a la puerta, dándole un beso en la mejilla a Yor antes de tomar el pomo de la puerta, abriéndola para revelar...

—¡T-Tío Loid! ¡N-No sabía que estaba en casa! — Becky por poco y deja caer a Anya por la mera sorpresa de ver a aquel Adonis en frente suya. Su crush por el padre de su mejor amiga había sido contenido por muchos años, hasta llegar a su adolescencia. Una vez las hormonas se encendieron en Becky, Anya tuvo que ir a la mansión Blackbell a lo mucho con su madre, pues la joven se ponía como loca alrededor del espía secreto.

(Nota de javi: ¿Y quién no?)

—Hola, Becky — el ojiazul sonrió con amabilidad a la joven visita, antes de dirigir su mirada al elefante en la habitación: una Anya que no podía mantenerse a sí misma en pie cargada por Becky, Damian y Ewen, mientras que Emile y Bill mantenían a un chico, moreteado y frustrado, bastante mayor que los demás a raya. —Damian, Ewen... ¿Me podrían explicar qué sucede aquí?