Capítulo 9

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—No— su tono firme me asombra un poco pero me mantengo en mi posición.

—Ya te dije que lo quiero.

—¿No que no era un objeto?

—¿Lo tendré o no?

—Está bien, malcriada.

—Tú me criaste.

—Pues por eso.

—Gracias— alego sincera.

—¿Por qué no regresaste con la enfermera?— pregunta y me encojo de hombros recordando lo molesta que estaba la mujer cuándo no quise que me inyectara y salí corriendo a esconderme de ella.

—Creo que renunció al segundo día; o al tercero. No recuerdo muy bien...

—Malcriada.

—Tú me cri...

—Si sí; ya sé que fuí yo.

Cuándo llegamos a casa, subo directo a mi habitación y luego de darme una ducha voy en busca de Chispas; me aseguro de que sus collares estén bien puestos y me dirijo a la sala dónde me encuentro con un Lucian sorprendido y un Jora hecho una furia.

—Señorita — se levanta el primero torpemente y echo a Chispas hacia atrás para que no lo ataque.

—Lucian— saludo con una sonrisilla orgullosa.

—Hablaremos cuándo regreses— Jora pasa por mi lado molesto y papá me hace un gesto para que siga.

—¿Me acompañas?— pregunto señalando a chispas.

—Por supuesto— papá se levanta dirigiéndose a la puerta y lo fulmino con la mirada.

—Le hablaba a Lucian.

—Claro, cómo hay Santos nuevos de los viejos ni te acuerdas ¿Pero sabes qué? No me importa porque yo me iré a comer chuches.

No puedo evitar reírme de su comportamiento y avanzo hacia la salida con Lucian siguiendome los pasos.

—¿A dónde vamos?— pregunta con una mueca de confusión.

—A cumplir esa lista; pequeño ojos de mar.

Y; sin decir más salgo de casa con Chispas intentando morder todo lo que se atraviese.

Meterlo al auto fue todo un reto; uno que no me tocó a mí. Por supuesto, y no crean que le dejé todo a Lucían, es que no tengo fuerzas para cargar a Chispas vale? Y no; no intentó comérselo a él porque ya le dejé muy claro que se debe portar muy bien en el momento en el que le arañó la camiseta.

Al principio pensé en ir a un lugar público. Pero no quiero terminar detenida así que con toda la pena del mundo miro a Lucian cerrar la puerta cansado.

—Lo siento — murmuro por lo bajo.

—¿Qué pasa?

—Es que tendrás que bajarlo.

—¿La princesa caminara más de diez cuadras?

—Iremos a dónde Arthur.

—Pues a sacar al demonio.

El camino de regreso es agradable, Lucian tararea una canción de One direction mientras se burla de mí por ser fan de una banda que ya no existe y yo refunfuño porque en el fondo tengo la esperanza de un reencuentro.

—Pero ya, en serio. ¿Por qué escuchas las canciones viejas de One direction.

—Porque no puedo escuchar nuevas.

CARPE DÍEM ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora