4

13 4 2
                                    

Desperté en la madrugada. Abia dormido muy poco pero no me quejaba, tener insomnio era tan normal al igual que recibir golpes.

Suspire cansado de toda la mierda de vida que llevaba. Solo me decía "Solo aguanta..." "Todo estará bien" "Solo tienes que esperar".

Pero sabía que eso solo era una maldita mentira. Nada estaba bien, mi vida no estaba bien. Tenía que soportar todo eso simplemente por qué era así, la vida me abia castigado con algo que no sabía que merecía.

¿Esperar?

¿Que mierda debía esperar?

No podía esperar mi muerte o perder la pequeña esperanza que tenía. No podía esperar a ser libre de el, ser libre de todo lo que me castigaba.

Por qué me sentía prisionero de algo que no podía ver, solo podía sentirlo.

Nada estaría bien. No lo estaba y no lo estaría. Sentía ese vacío que alguna ves lo llene durmiendo pero ya no funcionaba, nada podía llenarlo o distraerme de sentirlo.

Estaba cansado de todo, de mi vida y todo lo que era pero no quería rendirme, sabía que podía hacerlo pero no podía. Si no luchaba por mi entonces lo aria por Jungkook.

Era irónico querer sentir algo cuando en realidad no lo hacía. No quería sentir algo, quería mantenerme como hasta ahora. Por qué las heridas ya no dolían como antes. Dejar de sentir me ayudó en eso pero en nada más.

Suspire cansado pero me levanté de la cama para ir a la cocina por algo de agua o algo líquido para tomar de nuevo ese analgésico para evitar resfriarme aunque de nada me servía por qué ya lo estaba.

Tome el vaso de agua mientras tragaba la pastilla. Cerré los ojos por el mal sabor y dejé el vaso en su lugar para volver a mi habitación.

Tome mi mochila y tome un cuaderno. Sonreí al verlo. Lo saqué y camine hasta el escritorio mientras encendía la pequeña lámpara que tenía. No quería despertar a ese hombre.

Lo abrí mientras leia, pase las hojas hasta llegar al final. Tome un bolígrafo y empeze a escribir como tantas veces lo abia echo.

Tenía tantas ideas y sentimientos que escribirlos y combinarlos era lo que más amaba hacer. Pasaron las horas y yo solo pude notarlo cuando observé la ventana de mi habitación que estaba oculta por las cortinas.

Me puse de pie y camine para después correr las cortinas y observar el cielo. Ya estaba amaneciendo y yo no avía dormido bien. Suspire y volvi a cubrir las ventanas.

Tome el cuaderno y lo guarde en mi mochila para después comenzar a alistar mis cosas para ir a la universidad.

Entre al baño y realice el mismo procedimiento que en la noche. Después de asearme camine hasta mi armario y saque lo primero que ví.

Para cubrir mis moretones y heridas saque una gorra y un barbijo para después ponermelo y salir de mi habitación.

Caminé sin hacer mucho ruido y mire hacia la habitación de ese hombre pero estaba vacía. No le di tanta importancia, seguramente abia salido en la madrugada.

En cuanto abrí la puerta ví a la conocida vecina. Rodé los ojos y bufé por qué sabia lo que iba a decir.

_No me lo diga, ya lo se. _hable sin permitir que ella hable. Cerré la puerta detrás de mi y empecé a caminar pero ella me detuvo.

_Te lo advertí Min. _hablo y yo la mire con indiferencia.

_Mire señora. _hable mirándola fijamente. _ A mi me importa muy poco que sea mi vecina, por no decir que me vale una mierda. No quiero seguir lidiando con personas miserables que no saben hacer nada más que joder la vida de los demás. Hoy mismo me iré de este mugroso lugar. _hable sin escucharla.

AMYGDALADonde viven las historias. Descúbrelo ahora