BASTÓ UNA MIRADA

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                      Capítulo 10

Abril 2014

Pasaron los días y mi mente seguía rebobinando una y otra vez aquel día en donde vi a ese chico. cada vez que pensaba en él no podía evitar sonreír.

Una mañana en clases, al llegar la hora libre nos sentamos todos en pequeños grupitos dentro del salón y comenzamos a contar chistes entre Todos.

En un momento dado aparece Jonás Enyerbel. dos más de mis grandes amigos al igual que elio, acompañados de la última persona que no me esperaba ver en ese preciso momento.

Era el chico que había visto hace días en el salón de mi hermano.

Los tres al instante se filtraron a la conversación. Yo que justo en ese momento era mi turno de contar un chiste calle al instante dándole el turno a Yenni.

Yennifer, Elio, Jonás y Enyerbel se miraron entre ellos y sonrieron con picardía.

-Porque te quedaste callada? preguntó Elio con sorna.
Lo fulminé con la mirada y luego la bajé.
podía sentir como todos me miraban. Al levantar la cabeza mis ojos se encontraron con los de El chico. Me bastó una sola mirada para saber y sentir que mi corazón estaría destinado al se suyo. Y no entendía porque.

Desde aquel día, en que nos miramos como si fuésemos las únicas dos personas en el mundo, siempre nos mirábamos a la distancia, pero nunca se me acercaba solo me miraba detenidamente como si una pared tuviese entre nosotros impidiéndole asercarse a mi.

Una mañana, en la hora libre, mis compañeros y yo sentados en el salón empezamos a hablar de todo un poco. Como ya se estaba volviendo costumbre apareció Jonás Enyervel y la razón de mis pensamientos constantes.

Lo mire extrañada cuando llamó a Mirian. Porque no era la primera vez q lo hacía. hace días que los había visto hablando y obviamente que no me resisti en preguntarle a Mirian de dónde se conocían. Me dijo que su novio estudiaba con él.

Mirian salió del salón a su encuentro y yo curiosa la seguí con la mirada, se pararon frente a la enorme ventana del salón.

Momentos después Mirian me llamó. Con cautela me levanté del borde de la mesa y me reuní con ellos.

-Dime Mirian.
-Quiero que conozcas a un amigo.
-Pero ya nos conocemos, lo he visto con Jonás y Enyerbel.
-Solo se han visto nada más.

Yo lo miré y sonreí con nerviosismo, baje la mirada sonrojándome. Cuando la levanté él me estaba mirando atentamente.

-Hola soy Dioxel.
-Rous

Nos miramos mutuamente por unos segundos que luego se volvieron minutos. Si mirar era como adentrarme en un mar profundo sentía que con cada mirada él se adentraba más en mi corazón sentía que no podía evitar ese sentimiento que cada día empezaba a crecer en mí era extraño pero por primera vez sentí algo tan fuerte como esto y quería saber a qué se debía este sentimiento.

Ese misma tarde me espero en la salida del salón para acompañarme a casa. Y desde ese día siempre empezamos a irnos juntos porque siempre md esperaba en la salida del aula.

Por el camino hablábamos de todo un poco y yo no podía evitar sonreír como una boba.

-Si, es verdad - respondí yo prestando atención a cada palabra que decía Dioxel- es mejor ser envidiada que envidiosa.
-Así es. Las personas así no siempre obtienen nada bueno.

Después de unos minutos caminando nos paramos debajo de un árbol de almendrón y seguimos en la conversación. Alli estuvimos casi una hora. Luego de ese tiempo Dioxel me acompañó hasta mi casa dejándome hasta el callejón Moscú que daba a ella. No podria llegar hasta a casa. No sabría que pensaría mi madre.

El día lunes de la siguiente semana al terminar la hora de clases como todos los días nos sentábamos en grupos a conversar y de vez en cuando echar chistes y hacer adivinanzas. Apareció Jonás y Dioxel. Ambos se asomaron por la ventana y empezaron a bromear con nosotros.

-Ya vuelvo iré a comprar un helado- dice Dioxel
-Dioxel Rous dijo que quiere uno también.
Yo abrí los ojos como platos y la miré sorprendida al instante congelándose mi sonrisa por el chiste que acababa de contar Yenni. Dioxel no respondió solo sonrío.

Un par de minutos después él apareció con tres helados, Miriam sonrió, yo hablando con mis compañeros No sabía de qué sonreía con picardía pero no pregunté.

-Rous.
Escuché mi nombre detrás de mi.
-Pero...yo...pero era broma lo del helado -Balbuceo un poco apenada. No pasó por mi mente que esa gran sonrisa era un de acuerdo.
Tome el helado y sonreí.
-Gracias.
-No hay de que.

Siguieron pasando los días y como ya se había vuelto costumbre Dioxel me acompañaba a casa. Duramos un par de semanas en esa monotonía la cual me encantaba porque adoraba tenerlo cerca.

Xavi sin saber la cercanía de nosotros lo llevaba a casa de vez en cuando para que le enseñara algunas de esas cosas de computadora.

Un día estaba yo sentada a la mesa, del comedor de mi casa haciendo mis quehaceres, mi madre y lizzy estaban en la cocina preparaban meriendas ya que era de tardé.

-Mama ya llegué.- dice Xavi entrando a la sala de estar.
-Buenas- dice aquella voz tan familiar.

No pude evitar sonreír cuando nuestras miradas se encontraron. Él también sonrió y baje la mirada hacia mi libreta y segui escribiendo en ella tratando de no escribir garabatos.

Cuando levante la mirada de nuevo aún me estaba mirando y me di cuenta que no sólo haberlo echado enfalta me desia que sentía cosas por el. Porque desde aquella primera vez, había bastado una sola mirada para saber que ya estaba enamora de él.

ENTRÉ DOS MUNDOS PARALELOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora