"Duerme ésta noche aquí, por favor"
Sus palabras resonaron en su cabeza junto con la escena en la habitación de Syndra. Había oscurecido prontamente y él aceptó, se intentó convencer a si mismo que era un camino largo hacia la orden y era más conveniente quedarse ahí con ella. ¿Pero, lo era? Volvió a recordar a Syndra sobre él, de manera tan dominante y sintió su cara arder. Juntó agua en sus manos y se lavó el rostro pensando que el agua se evaporaría al contacto con su rostro.
Se miró en el espejo, demacrado. Se tocó sus cicatrices y de nuevo un recuerdo junto a Syndra lo embargó. Cerró los ojos y se relajó. Debía controlarse, no era propio de él. Volvió a lavarse el rostro y salió del baño.
Fue hacia la sala, Syndra se había ofrecido a preparar la cena; algo simple, pero olía delicioso.
– Dormirás en mi habitación. – Zed levantó la mirada de su plato hacia Syndra. – La habitación de huéspedes es un completo desastre, ya sabes no viene mucha gente como para mantenerla limpia, no puedo obligarte a dormir ahí. Sería una pésima anfitriona.
Zed no discutió y la cena continuo como si nada.
Se recostó sobre su cama temporal, lo único comparable a la sensación del colchón de Syndra era ser tragado por arenas movedizas, suaves, cómodas y púrpuras arenas movedizas. Se quitó su armadura y parte de su traje rojo; dudó en hacer sus ejercicios nocturnos, si bien no sería nada malo saltarse un día, no le gustaba perder su rutina. Por otro lado Syndra lo acuchillaría si dejaba su cama sudorosa y maloliente.
Apagó la luz y se acostó como estaba, con los ojos cerrados se dejó absorber por la mullida cama de arenas movedizas. Se daría el lujo, solo por hoy, de no extrañar a su dura y plana cama mientras sucumbía a Morfeo.
Se despertó en mitad de la madrugada, con sigilo se dirigió afuera de la habitación en busca del baño, abrió la puerta sin hacer el más mínimo sonido. Un cuerpo yaciendo sobre el suelo lo obligó a poner todos sus sentidos alerta. Ver que el cuerpo que yacía era el de Syndra le oprimió el pecho. La respiración tranquila que de ella manaba lo tranquilizo. Se acercó a ella. "Cuarto de huéspedes" no existía tal cosa ¿Cómo pensaba que él fuera a dejarla dormir en el suelo del salón con unas mantas como colchón? Y después era él el imbécil.
La levantó con sumo cuidado, como si fuera de la porcelana más delicada y la depositó en su cama como si de la joya más cara se tratara. La observó dormir plácidamente, la tapó con las sábanas y volvió a su travesía en busca del baño.
Syndra despertó removiéndose sobre la comodidad de su cama como todas las mañanas de su simple vida, pero se sentía diferente. No le costó abrir los ojos para darse cuenta y los volvió a cerrar con una sonrisa en su rostro. Abrazó con fuerza el cuerpo tibio que la apresaba entre sus fuertes brazos. Volvió a dormir, pero por primera vez, sintiendo que nada le faltaba.
Zed despertó con pereza sin abrir sus ojos, aspiró el olor que desprendía el perlado cabello de Syndra. Entrelazó sus dedos con las finas hebras plateadas de su pelo. Y con su otra mano acarició por instinto la piel al descubierto de sus brazos. Se pegó aun más a ella, entrelazando sus piernas bajo las sabanas, la apretó hacia él con necesidad. Acaricio de nuevo por instinto, y fue cuando se dio cuenta que éste lo traicionó. Había entrado en terreno peligroso, pero su piel era tan suave al contraste de sus ásperas manos. Su mano se había colado bajo la tela de la remera, acariciando una mínima porción de espalda. Se desesperó, el instinto le jugó en contra, su mente le ordenaba que se alejase y sin embargo no podía.
Se apegó aún más, Syndra invadiendo sus sentidos era maravilloso. La abrazó fuertemente con ambos brazos, entrelazó sus cuerpos con fuerza, se perdió. Cayó en sus provocaciones todavía humanas.
- Me vas a dejar sin aire apretando de esa forma, estúpido. – Zed despertó de su ensoñación, la voz de Syndra fue un cubo de agua helada sobre él. Maldijo su instinto, se maldijo a sí mismo.
La mano de Syndra en su mejilla lo relajó
– Así que en el fondo, eres humano. Quién lo diría. – Ella rió con un poco de sorna. Zed sonrió casi imperceptiblemente mientras seguía acariciando la espalda contraria. La hechicera se acurrucó en su pecho. Alzó la cabeza sin un fin específico. Las miradas chocaron con fervor. Podrían hacer pasado horas y años durante su mirada y nos les importaría. Zed se acercó a Syndra chocando sus frentes. Se mezclaron sus alientos, inundaros sus sentidos, se desconectaron del mundo, dejaron de respirar durante un roce. Y sus labios se reunieron en una danza.
"Quiero que el tiempo pase en cámara lenta, que este momento dure para siempre."
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N/A: TENGAN, TENGAN SU BESO, YO TAMBIÉN LO ESTOY ESPERANDO HACE MUCHO. APRECIENLO, ME COSTÓ DÍAS DE ESTAR CON EL LAPIZ EN LA MANO. APRECIENLO.
RubyLRed: Sí, soy argentina, toma una galletita :v
¿Les gusto el beso? Si, obvio que les gustó (?)
En el próximo capítulo (que está en corrección) empiezan a salir nuevos personajes con relaciones entre los protagonistas *-* (cofcofNocturneVladimirIreliacofcof) Syndra dice cosas que no debe decir, y Zed sufre. :'(
¿Se dieron cuenta que a Zed es al único que le pasan cosas malas en mi fic? Les juro que no lo odio, yo lo quiero.
PD2: Si alguno que lee mi fanfic es de LAS, su humilde servidora (o sea yo) deja ante ustedes su cuenta y siéntanse libres de agregarme. Soy torpe, pero gasto todo mi oro en wards. "Lokitty"
Los adoro *-* Gracias *Corazón*
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Alianza
FanficSe conocen en midlane. Sus poderes son devastadores. A penas se dan cuenta de eso, saben lo que deben hacer. Jonia arderá. ¿Sus corazones también? Inspirado en el juego online "League of Legends" Pareja: Zed y Syndra