Un atraco al deseo (Sergio Marquina Y Alicia Sierra)

Raúl y Laura

Caminaba a paso firme aún llevando tacones, un vestido elegante y blanco cubría lo oscuro de sus intenciones, un lazo del mismo color en su pelo negro junto con una gran sonrisa de satisfacción eran suficientes para pasar desapercibida. Los dos salían de aquel hotel sin que nadie pudiese imaginar que habían tomado de un hombre todas sus propiedades y fortunas dejándolo en la ruina y con un miedo permanente. Junto a ella paseaba Raúl, con camisa blanca y gafas negras empujando un carrito de bebé.  Junto a ellos pasaron una patrulla de policías y ambos, como si fuesen un matrimonio que paseaban junto a su pequeño, salieron de aquella escena sin ningún tipo de problema.
Si había alguien que estafaran bien eran ellos, eran capaces de robar un diamante en pleno centro de Paris bajo cientos de personas sin que nadie se percatara de ello. Capaces de robarte incluso el llavero de tus llaves delante de tus narices, eran conocidos dentro del mundo de su "oficio" por su profesionalidad y en poder llevar a cabo todos los trabajos sin importarles nada hasta el final.

- mira esto hermanito- dijo ella mientras reía enseñando un fardo de billetes.

-ese imbécil tuvo que cedernos todo, lo teníamos agarrado por el cuello- contestó él.

-es un hombre poderoso y le podemos sacar mucho más- dijo Laura mientras olía los billetes.

-¿Estas loca? No te basta con los dos hoteles que nos ha cedido sin más y con el ingreso millonario que nos ha hecho? - dijo él regañandola.

-aver Raúl,piensa, con las dimensiones del secreto que sabemos que guarda, nos dará esto y mucho más a cambio de nuestro silencio, es un personaje público y si esto sale a la luz él y su familia estarían acabados- explicó ella.

-a mi eso no me importa Laura, la avaricia rompe el saco entiendes? ¿O esque tu cabecita no te da para entender?, Tampoco me gusta ir robando a la gente y tampoco quiero que mi hijo siga mis pasos, quiero que tenga un buen futuro y que no termine haciendo esto- dijo el resignado.

-pues de eso mismo te estoy hablando, de tu hijo ¿Que no quieres que tenga dinero el día de mañana? ¿Quieres que pase las necesidades que pasemos nosotros en nuestra infancia?- dijo ella.

-solo quiero que tenga un buen trabajo y se gane la vida honradamente- explicó él de forma directa.

Laura poniendo cara de fastidio no podía entender tener un hermano tan poco ambicioso, ella pensaba que no aprovechaba bien la situación pero ya estaría ella para encargarse de eso si su hermano no estuviese por la labor.

Raúl colocaba el dinero en un maletín para guardarlo mientras que su hermana se deleitaba con el conjunto de joyas cartier que se acababa de comprar.
Colocándose el collar sobre su cuello se miró en el espejo y mientras veneraba aquella joya dijo

-estoy apunto de conseguir un trabajo, un trabajo muy fácil a cambio de mucho dinero- le dijo ella

-de momento tenemos dinero para vivir bien y no derroches tanto, esto lo vas a devolver- le dijo quitándole de las manos el collar de diamantes.

-¿Por qué no me dejas disfrutar de lo que estamos consiguiendo? ¿Que pasa contigo?- le preguntó ella furiosa.

-porque en algún momento quiero dejar esto, ya te lo dije, quiero ahorrar para poder dedicarme a buscarme un trabajo normal- explicó él con algo de pena.

-el último trabajo te lo prometo- le dijo ella.

Él no dijo nada y ante el incómodo silencio de su hermano ella siguió intentando convencerle

-Seria sólo llevar a una nieta donde su abuelo, ¿No crees que es tierno? ¿Hacer posible el encuentro entre un abuelo y su amada nieta?- explicó ella

-¿Por qué esa pequeña no está con su abuelo?

-porque su mamá se la llevó lejos, los detalles no los se muy bien pero espero conseguir por lo menos la entrevista-

-no lo hagas

-¿que?

-que no voy hacer ese trabajo, nos dedicamos a estafar a millonarios, a vender cuadros y joyas falsas...etc pero no voy a secuestrar a una niña y separarla de su madre, ¿Entiendes? No lo voy a hacer y tú tampoco- ordenó él de forma tajante.

-está bien, nos moriremos en la pobreza entonces.- dijo ella furiosa mientras agarraba su bolso y salía de la casa de su hermano

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Era un día bastante caluroso, se dirigía hacia el colegio a recoger a su pequeño Diego. Por el camino le compró aquellas acuarelas tan caras que hasta hace un año no pudo permitirle comprárselas.

-papi!!-Dijo el pequeño mientras corría a abrazarlo

-hola tesoro, ¿Que tal el colegio?

-muy bien, mira, esta semana me tocó a mí cuidar de Oliver- dijo el pequeño con emoción mientras le daba a su papá la jaula con la coballa, la cual era la mascota de la clase.

-bueno pues este animalejo vivirá muy bien esta semana en nuestra casa- dijo él mientras ambos reían.

Los dos entraron en la casa, él preparó la comida para los dos y después de comer Diego se quedó dormido viendo sus dibujos favoritos. Raúl hizo las tareas del hogar y recogiendo las cartas de su buzón encontró una que sin duda le hizo una fuerte brecha en su corazón, una carta de embargo millonario amenazaba con quitarle todo lo que ahora mismo tenía y sólo mientras miraba a su hijo dormir el sabía que no tendría más remedio que aceptar aquel último trabajo pensando en el bien estar de su hijo, de su todo.

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He querido contaros un poco más de estos dos personajes, gracias por seguir leyendo ❤️❤️ y espero que estén muy bien ☺️