Todo va mejorando en Seabrook. Pero, el día en el que estaban por dar el siguiente paso, en la inclusión de monstruos, un nuevo peligro llega. La llegada oficial de los aliens pondrá a todos en alerta. Y la vida reclamará a su mejor guerrera. Pero...
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— Y recuerden: esta invaluable cosa es mía. Dime lo qué es... Ahora... Ahora. ¡Ahora! ¡Ahora! —lo último que quería, era ocuparme de Bucky. De verdad que no estaba de humor, pero opciones no quedaban. Estaba por gritarle que se callara si no quería vérselas conmigo, pero Wynter lo detuvo de una forma mucho menos violenta.
— Que gatuno. —dijo completamente ofendida.— Tú no te criaste con lobos.
— Soy la primera pasante que hackea tecnología alienígena. —dijo el robot de Eliza mientras intentaba entrar en... esa cosa.— Es un firewall...
Tecnología. Nada que la piedra lunar no pudiera derrotar... Lobos blancos... Lena... Supongo que los collares eran más poderosos de lo que pensábamos.
— Usaré mi piedra lunar. —dije en un intento de alejar los pensamientos de... ella.
Tienes que seguir adelante, Wyatt. No importa más. Ella ya dejó en claro que todo se acabó. No es ella. No es... tu Lena.
— Resultó. Es una sonda mental...
La... pantalla se puso en rojo, antes de cambiar a muchas imágenes de Bucky.
— Miren a esa gente pensando en mí. —dijo emocionado.
— Es un escaneo de tu mente, Bucky.
Eliza puso algunas cosas más, antes de que cambiara a gatos.
— Te gustan los videos de gatos... —traté de bromear con Wynter.
— ¿A quién no le gustan los gato? —me dijo algo ofendida.
Otra vez, Eliza tecleó más cosas, antes de que la pantallita cambiara a... Lena. Saltaron algunos recuerdos de los buenos tiempos, cuando aún estábamos juntos y todo estaba bien. Pero luego fueron recuerdos de los últimos días, de cómo me di cuenta de su verdadero ser, y... cuando todo terminó.
— ¿Lobo blanco?
— ¿Entonces sí lo es? —Wynter buscó la confirmación.
Yo... de verdad que no necesitaba esto. Trataba de olvidarme de ella, pero parecía que el mundo solo trataba de recordarmela.
— Ni una palabra. —dije al notar que Willa iba a decir algo. Estaba por perder la cordura, y nadie quería ver eso.— Solo... fíjate que quieren los alienígenas.
Eliza no dijo nada, pero cuando la cosa alien cambió a uno de ellos, supe que ni ella quería meterse conmigo en ese momento.
— Soy la comandante exploradora, deben encontrar lo más preciado de Seabrook.
— No era cierto lo de su misión.
— Siempre supimos que estaban ocultando algo. —dije recordando todas las veces que sentía que algo sucedía con ellos... aunque eso también involucraba a... Debía parar con esto.
