Prólogo

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"Incluso si mueres, nunca debes romper tus promesas"



Aun recuerdo ese día como si fuera ayer, el Paddock era un completo caos, los mecánicos e ingenieros iban de un lado a otro, escuchaba a los directores dar indicaciones a algunos pilotos, pero ese ruido se veía interrumpido por aquellos gritos de Carlos.

Llegó corriendo hacia mí diciendo que Lando había tenido una descompensación mientras charlaban antes de las primeras prácticas.

—Carlos ¿Qué sucede?

—L-Lando, él solo empezó a toser sangre de la nada y se desmayó, ¡No reacciona!

Esa fue la primera vez que había visto a mi mejor amigo de esa manera, asustado.

Lo había acompañado hasta el hospital temiendo que le ocurriese algo en el trayecto, debido a como se encontraba. He vivido tantas cosas en toda mi vida pero lo que sucedió aquel día sería una de las pocas que marcaría un antes y un después en mi.

—Checo, Lando quiere hablar contigo, se ha negado a dirigirme alguna palabra, si puedes hacer que te diga lo que le sucede... Solo estoy preocupado, es mi mejor amigo.

Mi relación con Lando en aquel entonces no era una de mejores amigos o amigos, solo éramos conocidos, compartiendo saludos de vez en cuando en el Paddock, ambos éramos los mejores amigos de Carlos y tal vez esa era la única conexión que teníamos, pero aquella tarde, aquel pequeño vínculo que tenía con él, cambio.

Cuando ingresé a la habitación no esperaba verlo en ese estado. Él, uno de los chicos más alegres del grupo de pilotos, se encontraba en una camilla completamente pálido y con la mirada perdida.

—Checo, viniste —su mirada se había iluminado al verme—. Se que es extraño que te llame, pero eres el mejor amigo de Carlos y creo que no hay mejor persona para decírtelo que a ti... —él había hecho una pausa intentando recuperar el aire perdido al decir aquellas oraciones.

—¿Te acuerdas de la enfermedad de Hanahaki?

—¿Hanahaki? No es esa la enfermedad de una de las historias extrañas de Alonso, sobre las flores que crecen en los pulmones por un amor no correspondido.

—¡Si! Se que suena imposible, pero es real... —me miró por un momento y me mostró una de sus hermosas sonrisas antes de proseguir—. Yo lo padezco desde hace un tiempo, pensé que se iría o que lograría sanarme, pero no fue así...

"Me gusta Carlos desde hace muchos años y yo creí que era correspondido, pero me equivoqué"

Recuerdo como esa confesión me dejó confundido por un momento, el enamoramiento de Lando hacia Carlos no me sorprendió para nada pero ¿Hanahaki?

—Lando, yo...

—¡No¡ Está bien, sé que es difícil de creer que hay flores en mis pulmones, pero las hay... Yo te pido que no le cuentes a Carlos, o bueno, no por ahora, él está bien junto a Charles, no quiero que se preocupe con este tipo de cosas, su rendimiento en Ferrari actualmente es espectacular a diferencia de cuando estaba en Mclaren.

"No quiero que él esté cerca a mi por lastima"

Lando quería ahogarse en su dolor, a veces me pregunto qué hubiese pasado si él confesaba sus sentimientos. Él seguiría con nosotros, quizás siendo uno de los mejores pilotos, en otro universo él de seguro lo es.

—Quieres saber algo, me queda poco tiempo o eso dijeron los doctores —se rio un poco ante eso, su mirada volviéndose cada vez más sombría.

—Aún así tengo dos opciones —volvió a reír como si lo que estuviera contando no fuera la única manera de mantenerlo con vida—. En ninguna ganó. Debo elegir entre morir o perder mis sentimientos y recuerdos de él, pero qué sentido tiene vivir si no puedes sentir nada.

Tal vez en su momento me parecieron confusas sus palabras, ¿olvidarlo todo? ¿Era eso posible?

—Decidí elegir la primera opción. Checo, dejó en ti la decisión de decirle o no a Carlos lo que te estoy contando después de que me haya ido y repito no lo hagas ahora por favor.

Él había tomado una decisión y estaba tan seguro de ella, que me hizo sentir envidia de la seguridad que él tenía a la hora de escoger algo, si me encontrará en su misma situación, no sabría qué alternativa tomar.

—Checo, te pido que elijas bien a quien vas a amar, se que es algo involuntario de cada ser humano pero algo tan sencillo como amar te puede matar al mismo tiempo.... cuida de Carlos y de los demás pilotos, no dejes que ellos terminen igual que yo.

—Lo prometo, yo cuidaré de ellos...

—Lo olvidaba, Carlos planea pedirle matrimonio a Charles, pero no sabe qué anillo escoger, dile que no importa cuál sea, lo importante es su valor sentimental, pero si no te hace caso con eso, dile que escoja la cuarta opción, esa siempre es la correcta.

Aquellas palabras que se quedaron grabadas en mi mente sucedieron hace 5 años, Lando dejó este mundo dos días después de tener esa conversación y Carlos se lamentó por tanto tiempo al perder a su mejor amigo.

Meses después le propuso matrimonio a Charles con un anillo que tenía cuatro diamantes incrustados.

Norris tenía razón, la cuarta opción era la correcta.

Ambos celebraron la boda más grande y ostentosa que alguien se podría imaginar en todo Mónaco, ambos son felices, yo no podría arruinarles aquella felicidad, no podría ver a mi mejor amigo nuevamente deprimido, me rompería por completo.

Así que tome una decisión, la que para mí era la correcta.

Nunca contar el verdadero motivo de la muerte de Lando Norris, si él lo supiera se culpará por ello. Y imagino que Lando tampoco hubiese querido ver a su mejor amigo y amor platónico sufrir.

La vida me dio la oportunidad de amar a dos personas y que este amor sea recíproco. Porque yo los amo y ellos me aman a mí.

Porque ¿Qué sería de mi vida sin Max y Lewis?

Lando, nuestra promesa sigue en pie y será así hasta el día que nos volvamos a encontrar.

—Checo

—Checo

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Dear Lando | Chestappen ChewisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora