Vegeta's POV
Llegamos a Kiyamachi-dori, una calle que se mantiene despierta incluso a estas altas horas de la noche. Los árboles de cerezo movían sus débiles ramas permitiendo que sus cerezos conociesen el pavimento y lo frío del suelo. El canal del río Takase que separaba las calles de la histórica calle de Kioto era aderezado, de igual manera, con aquellos pétalos de cerezo. Miré a mi lado y vi a Gokū con su usual rostro ceñudo mientras caminábamos de la mano. Me detuve cerca de una farola que iluminaba nuestra área y él se detuvo. Giró su cabeza, luego su torso y por último quedó delante de mí, observándome desde su notable altura para preguntarme lo siguiente:
—¿Por qué te detienes?
—Llevas callado todo el viaje. Ni siquiera me has hablado en el coche.
—Soy un hombre de pocas palabras.
—Eso ya lo sé.
Se acercó más a mí y su rostro quedó iluminado por la cálida luz de la farola, haciendo que su pálido rostro hiciera constraste con las luces y sombras que jugaban a su favor. Él me miraba con aquellos ojos grises que tan loco me traían, pero yo ceñudo desvié la mirada. No me gustaba cuando se encerraba de nuevo él. Que se volviese tan distante me irritaba. Éramos pareja, ¿por qué mantiene aún esa actitud?
—¿Qué te sucede? —Me cuestionó tomándome de las mejillas para volver a verle.
—Nada —le dije sin siquiera mirarle a pesar de haber levantado mi rostro.
—Sabes que te pasa algo. Dímelo.
Le miré y subiendo mis manos hacia las suyas las acaricié bajo la palma. Hinché mi torso con aire y lo solté en silencio.
—No me gusta cuando eres así.
—¿Así cómo? —Preguntó sin entenderme.
—Tan... disciplente.
—Vegeta, soy así. —Acercó su rostro al mío y prosiguió—: Estoy hecho a base de puñetazos y heridas infectadas, carentes de cualquier tipo de cura.
—Pero... yo soy tu pareja. ¿Por qué eres así conmigo?
—No puedo controlar esto. Ojalá pudiera, pero no puedo.
—¿Y que es eso que no puedes controlar? —Sentía que mis ojos se cristalizaban. «¿Qué demonios me está pasando?», pensé sintiéndome vacío por dentro.
—Mi carácter. No soy yo quien lo maneja.
Pestañeé y varias lágrimas salieron de corrido, sin tan siquiera esperármelo. Sus pulgares las apartaron, aliviando mi dolor. Bajé mi mirada y acaricié la palma de su mano derecha con mi mejilla, sintiendome cómo evitaba con sus pulgares que más lágrimas me mojasen el rostro.
—¿Por qué lloras?
—No lo sé... Supongo que me pasa lo mismo que a ti —volví a mirarle con los ojos más brillantes que habría visto en su vida—. Yo tampoco soy dueño de mí mismo.
—Entonces, yo sí sé porqué lloras —me dijo con una voz distinta, a mi parecer empatizante. Pasó sus pulgares nuevamente por mis húmedos pómulos y sus ojos grises se clavaron en los míos color marrón—. Te prometo que intentaré cambiar a mejor. Te prometo que esos ojos tuyos no volverán a derramar una sóla lágrima jamás.
—Yo no preciso de que lo intentes, Gokū...
—Esto llevará su tiempo, precioso —me advirtió cambiando su semblante a uno desesperado—. He vivido muchas cosas y la cárcel me hizo más de acero durante aquellos tres años.
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Heal Me [Kakavege Fanfic]EN HIATUS
FanfictionSūn Gokū, un famoso boxeador ex convicto de veintisiete años regresa a Aoyama, la ciudad nipona que abandonó tras su ingreso injusto en prisión por tenencia de drogas. Ahora, y con la justicia a su favor tras su absolución, ha de cuidar de su hijo d...