Una amiga para Mía
Tengo sueño, debería dormir, pero si lo hago en quince minutos no sería suficiente para mí cuerpo porque solo dormiría cinco horas con cuarenta y cinco minutos, me debí de haber acostado antes si tan solo no hubiera estado leyendo las notas anónimas que cada día sin falta encontré en ese libro en la biblioteca ya estubiera durmiendo.
Es jueves por la noche y me encuentro sentada en mi cama con las cuatros notas que conseguí en el libro en la tarde después de cada clase, quisiera decir que no le tome importancia y las tire a la basura pero, leo libros de romance como no quieren que piense que estoy viviendo mi propia historia.
Me mudé, no les caigo bien a los de mi salón y me dan notas de amor. Son claras señales de que estoy apunto de vivir mi romance adolescente como el de los libros!!!
Y no he podido dormir por pensar en eso.
Me levanto con cuidado de la cama para ir a la habitación de mi hermano, no creo que esté durmiendo a esta hora, está súper temprano para él y muy tarde para mí, salgo de mi habitación en puntitas para no hacer ruido, por suerte la habitación de mi hermano queda justo frente a la mía.
Entro a la habitación sin tocar, como esperaba mi hermano está sentado en su computadora con sus audífonos puestos y con un cuaderno en las piernas, lo menos que pensé es que mi hermano se encontrará haciendo tareas a esta hora.
Cuando me acerco un poco más puedo notar que está haciendo una llamada grupal con sus amigos, o mejor dicho parte de ellos porque se ve que uno se quedó dormido.
— Mike —lo llamo y el se sobre salta y voltea a verme con la mano en su pecho.
— Mía no hagas eso me vas a matar de un susto!! —me reclama en un susurró y deja los audífonos en su cuello— ¿Sucede algo? Es raro verte despierta a esta hora.
Me siento en su cama mientras él voltea la silla para quedar frente a mí, hace una seña esperando a que hable pero yo solo encojo mis hombros.
— No podía dormir, así que pensé que podría acostarme un rato contigo —le comento mi idea tonta— pero se ve que estás ocupado así que no quiero molestar...
— No molestas Mía, deja despedirme y voy a la cama —me dice con una sonrisa y vuelve a voltear la silla a la computadora— mientras ve acostando te.
Me acuesto en la cama de mi hermano y me arropo con sus sábanas, ya con estar aquí me dió hasta sueño. Mi hermano no tarda tanto en acostarse a mi lado y empieza a acariciar mi cabello.
— ¿Cómo los conociste? —pregunto refiriéndome a sus amigos.
— Primero conocí a Eros y a Daniel —me empieza a explicar y yo me acomodo para escucharlo— un día que te acompañe a la biblioteca, estaba por ahí buscando unos de los libros que me habías pedido y resulta que solo quedaba uno y cuando lo iba a tomar Daniel lo alcanza primero.
— ¿A Daniel le gusta leer?
— No, a Eros si. Déjame terminar —asiento y hago como si estuviera cerrando mi boca con un candado— resulta que Daniel también estaba buscando ese libro para Eros, pero yo lo buscaba para ti y no habían más, tuvimos una pequeña discusión del cuál lo necesitaba más y a la final una niña como de once años nos lo quito a ambos.
Cubro mi boca con ambas manos para callar las risas mientras mi hermano me da una mala mirada.
— Cassie y Dayker vinieron en el paquete, aunque pienso que Cassie es como la mamá del grupo, Eros el que siempre está serio y toma las mejores decisiones, Daniel con las mejores notas y se podría decir que el segundo mejor que juega futbol —lo interrumpo pero no hace falta decir lo que pienso porque el me lo confirma— es más que obvio que yo soy el mejor en el fútbol, Dayker es el bromista y el más pacífico del grupo por decirlo de algún modo —lo miro atenta con un poco de curiosidad— es el que une al grupo cuando hay pelea, o por lo menos es lo que e visto y me an dicho.
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De tu amor literario
Teen FictionMía Collins se vuelve una chica tímida y poca social cuando se muda a otra cuidad con su familia. Ella encuentra su lugar seguro en una biblioteca en la que va cada tarde a leer algún libro una tarde después de su primer día clases en el libro que e...