Capítulo 4

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Eran las 8 y yo no había bajado, ¿por qué? Porque no sabía que carajos ponerme, mi armario estaba lleno de ropa pero nada me gustaba, alguien toco a mi puerta y yo simplemente grité que pasarán mientras seguía contemplando mi armario

—Hola, Cariño—La voz de Rafaela se escuchó detrás mío

—Rafaela, ¿pasó algo?

—Estamos esperando abajo, tu padre me mandó a ver si estabas bien—Me dice ella y yo asiento

—Todo está bien, solo estoy luchando un poco con mi ropa, bajo en un segundo—Le digo y ella asiente

—¿Quieres que te ayude a escoger?—Me pregunta y los recuerdos invaden mi mente, quería decirle que no pero sabía que mi padre me asesinaria si la hacía sentir mal

—Claro

Ella comienza a mirar mi ropa y saca un vestido negro con brillos que no usaba hace años, fue un regalo de Nick para uno de mis cumpleaños.

—Este quedaría bien con un collar dorado, aretes de brillo y unos tacones—Me dice ella y yo asiento

—Gracias Rafaela—Le digo y ella asiente dejando el vestido en la cama y saliendo

Cinco minutos después ya estaba lista, la elección de Rafaela no había sido tan mala, me veía bastante bien, de todos modos no lo iba a usar mucho tiempo, tenía una mochila con ropa guardada en el coche, no podía esperar para acabar con toda la farsa e ir a la fiesta, lo único malo era saber que tendría que ver a Ronnie, era lo que menos me apetecía.

—¿Ya estamos?—Escucho decir a mi padre mientras bajo las escaleras

Mi padre salió con Rafaela primero, seguidos de Nick y Noah, cuando estaba por salir sentí un par de ojos clavados a mis espaldas lo cual me hizo sonreír, no podía creerlo, mi hermanastro me estaba mirando, ¿quién lo hubiera imaginado?

—Se te está cayendo la baba, hermanito—Le digo yo saliendo

Gracias a todos los santos que ese día decidieron ponerse de mi lado nadie quiso subir a mi coche, lo cual era genial porque me daba luz verde a irme cuando quisiera, la cosa es que tendría que buscar una nueva excusa, Nick no me cubriría porque le dije que no iba a ir hoy, así que tengo que inventarme otra cosa, por suerte esa es mi especialidad.

Llegamos al restaurante y sabía que estaba entrando a terreno peligroso, digamos que hace como un año tuve la pésima idea de acostarme con algunas personas que frecuentan este lugar entonces... tengo que tener mucho cuidado si no quiero que alguien se de cuenta de eso. Apenas nos sentamos mi pesadilla comenzo, un chico vino a atendernos, uno de los chicos con los que me habia liado, no me acordaba su nombre pero se puso justo a mi lado y comenzo a tomar la orden de todos, mi hermano me lanzo una sutil sonrisa dandome a entender que recordaba perfectamente a ese chico, cuando termino de tomar todo el pedido, mientras se retiraba su mano rozo la mia de forma intencional, yo ni lo mire, no me interesaba y no podia delatarme tan facil. Noah estaba sentada entre Rafaela y Nick, mi padre estaba junto a Rafaela y justo a mi lado estaba el muy imbecil de Luka quien al alejarse el chico se acerco a mi oido discretamente mientras que todos conversaban.

—¿Conoces a ese mesero?—Me pregunta y yo niego

—No, la verdad es que no—Le digo y el rie por lo bajo

—Lleva comiendote con la mirada desde que entramos, hermanita, ¿segura que no le conoces?—Me pregunta y yo niego

—No tengo idea de quien es y suelo tener ese efecto en la gente—Le digo encogiendome de hombros

—Ah, ya entendi, eres de esas que se folla al que se encuentra... dejame unir los puntos, te tiraste al mesero hace un tiempo, no le volviste a hablar, ahora lo ignoras y el te desea porque no puede olvidar lo que hicieron, ¿o me equivoco?—Me dice el y yo volteo a verlo disimuladamente

Si amar es un delito\𝕮𝖚𝖑𝖕𝖆 𝕸𝖎𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora