No tiene ninguna enfermedad, nada contagioso. Está bien. Pero su salud está muy delicada. Y su columna... está ligeramente torcida. Hay que tratar eso ahora. Si no... quedara en silla de ruedas, de por vida. Y sin la posibilidad de poder quedar embaraza..
Estaba en la plaza. Viendo como castigaban a aquel que se atrevió a ponerle una mano a mi mujer. Aquél, que abuso del cuerpo de mi pequeña Eli.
Estaba algo retirado, pero aún así, podía escuchar sus gritos, y cómo maldecía mi nombre. Pero eso no me importaba. Se merecía eso, y mucho más.
Había decidido no matarlo. No, no merecía una muerte después de lo que había hecho. Pero con el castigo que le había impuesto, se que iba a arrepentirse toda la vida y más, de lo que había hecho.
Tenía a Elijanh cargado. Era la única forma de hacerlo callar. De que se mantuviera tranquilo. Sacarlo afuera. Y se que era muy peligroso. Pero ya no sabía que hacer con sus llantos. Iba a volverme loco.
Veía al padre de Elenne caminar hacia acá, e iba a irme. No tenía ganas de hablar con nadie y mucho menos con él. Pero al que tenia en brazos, jugando con mis cabellos, tal juguete, era su nieto. Y no podía prohibirle verlo. Detrás de él, venían también sus dos hijos. Los dos que había tenido con la madre de Elenne. Porque si habláramos de hijos. Ese señor viejo, canoso y barbudo. Había tenido bastante. Con muchas mujeres.
Habían casado a la madre de Elenne con el hermano, del hombre con quien ella realmente se iba a casar. Ya que a este, lo habían matado en la guerra. Quedando como única opción, por la edad que tenía la madre de Eli, al hermano que ya se había casado cuatro veces. Tenía 17 años cuando la habían obligado a casarse, y 18 cuando tuvo a su primer hijo. Sencillamente este señor le triplicaba la edad a Elvira. Teniendo este 55 años cuando se casaron. Le llevaba 38 años de edad. Algo que era completamente normal.
Mi bebé, comenzó a llorar otra vez, y no supe que hacer. No tenía ni idea, de cómo hacer callar a un bebé. Ni tampoco del porque lloraba tanto. Quería llevarlo con su madre, con Eli. Pero no podía. No.
Al llegar Elioth, hizo reverencia al igual que sus hijos. Y me dio gracia. Mi bebé. Aquel que solo tenía dos meses y medio. Se le debía de hacer reverencia también. Y su abuelo, fue aquel que la hizo.
-Buenos días príncipe.- dijo el padre de Elenne al llegar a estar frente a mi.
-Buenos días.- le respondí, mientras trababa de una y otra manera hacer callar a mi hijo inquieto. No me gustaba verlo así. Me gustaba verlo reír, verlo tranquilo. Y en los únicos brazos, que él estaba así, era en los de su madre. Algo que me ponía un poco celoso admitir.
-¿Es mi nieto?, ¿puedo cargarlo?- me le quede observando un momento, claro que él sabía que era su nieto. Lo había visto por ahí, entre las gente, el día que presenté a mi hijo. No quería que nadie cargara a mi bebé. No a mi príncipe. Pero se lo pasé, con cuidado. A sus brazos.
Y me sorprendió ver a mi hijo tranquilizarse en sus brazos. Y ver cómo observaba a ese hombre, de cabellos blancos, -llenos de canas.- al igual que su barba y su piel tan arrugada, de forma tan curiosa. Después de todo, sangre de ese hombre, estaba en mi bebé. Lo escuché susurrarle algunas cosas, mientras mi bebé se reía. Sus... tíos igual se quedaron ahí, observando a mi bebé. Era increíble ver cómo en mis brazos no estaba tranquilo, pero en los de su abuelo si. Aunque después, también comenzó a llorar. De verdad que necesitaba a su mamá.
Vi a lo lejos a Stefan, esa cabellera roja era conocible donde sea. Tomé a mi hijo de los brazos de su abuelo. Me despedí de él y me fui. Camine lo más rápido que podía, con los veintes guardias a mi alrededor. No quería saber nada de él, no quería ni verlo. Quería también partirle la cara, así o peor de como le hice a su hermano.
ESTÁS LEYENDO
El pecado de ser mujer.
Historical Fiction-Madre, ¿por qué ellos si pueden salir y yo no?, ¿por qué nosotras no?- susurré mientras escuchaba el sonido que siempre sonaba cuando "ellos" salían, salían por esa... ¿esa? ¿Por dónde ellos salían?, y... ¿a dónde iban?, ¿qué era eso?, era un miste...