Scaramouche.

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La vida como un Fatui nunca fue agradable. Mucho menos al servirle al sexto heraldo, Scaramouche. Nada le parecía, quería todo perfecto.

Si algo te salía mal, era capaz de obligarte a hacerlo de nuevo desde cero o incluso asesinarte.

Había comenzado a ser parte de los fatui desde hace 17 años, y sabía hacer casi todo a la perfección. Pero aún así, odiaba cada que la obligaban a matar a personas inocentes solo porque no les convenía mantenerlos vivos.

Era triste, pero esa era la realidad. Una vez comienzas a servirle a los once heraldos y a su emperatriz, ya no puedes salir de allí.

Nuevamente, estaban con el sexto heraldo, mientras el les ordenaba a cada uno hacer una misión, cada una más difícil que la otra.

En el caso de _____, tenía que conseguir una gnosis... ¿Por qué tenía que darle la misión más difícil a ella?

Sabía que Scaramouche quería en especial la de la Shogun Raiden. Así que no tenía ninguna esperanza de conseguirla. Probablemente terminaría muerta en el intentó.

Tomo su arma y tomo camino hacia Inazuma, no quería hacerlo pero no tenía otra opción. Si no cumplia con su misión, la matarian.

En todo el camino se preguntaba así misma como pudo aceptar esa estúpida misión que nadie podria cumplir, mucho menos ella, era un nivel ni tan alto ni tan bajo.

Pero, si conocia a alguien que la podría ayudar...

Su plan, era camuflarse de alguien que no era capaz de hacer ningún daño, manipular a ese tan famoso viajero con su compañera para que la ayudasen a conseguir la gnosis que tanto necesitaba.

Finalmente, había llegado a su destino. No fue fácil, pero, ¿que más se le podía hacer?. Llegó y disimulo ser una viajera normal, sin mostrar sus verdaderas intenciones de robar la dichosa gnosis.

Sabía que el viajero ya estaba en Inazuma desde hace más de un mes, así que tenía que hacerse amiga de Ayaka o de Ayato para poder llegar a el, ya que Ayaka era demasiado amiga de el, y como Ayato era su hermano, podía pedirle que se la presentará.

Comenzó su papel de víctima, sabía que el segundo heraldo la mataría por decir lo que estaba a punto de decir, pero esperaba que su amado, o más bien, amor no correspondido, la protegiera por lo que estaba apunto de hacer.

Rasgo algunas partes de su ropa, con una navaja se hizo heridas, y como tenía algunas viejas, parecía totalmente una víctima que había logrado escapar.

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