Capitulo 4: Mal Presentimiento

61 11 16
                                    

Lucifer finalmente se levanta de su nido para empezar a caminar hacia la entrada de la cueva, no le gusta que Belcebú lo ignoré y qué ambos estén tan tensos desde lo qué pasó hace unos días, él no quiere perder a más hermanos; suspira ya estando en el exterior, ve alrededor ya qué apenas salió de la entrada pero no ve al menor qué busca, haciendo qué su omega interno se mueva impaciente para qué lo siga buscando y así acunarlo mientras le pide perdón, últimamente se ha sentido con la necesidad de cuidarlo como si fuera su hijo.

—¿Dónde está Belcebú? —le pregunta acercándose al único de sus hermanos qué se encuentra en el lugar, Belfegor.

Agradecía qué él contrario fuera un beta qué no pudiera oler sus feromonas, porqué si no, no sabría que responderle por los sentimientos que desprende.

—Se fue hace un rato a recorrer un poco —comenzó a decir, Lucifer pudo notar qué tiene la mandíbula tensa—. Se ha tardado demasiado, ahora iba...

No lo dejó terminar, se fue antes de qué pudiera hacerlo; se empezó a preocupar más ya qué no es común qué de la misma nada Belcebú desaparezca, a no ser qué...

Se tensa enseguida al pensar en esa posibilidad, porqué si en verdad entró en celo y lo encuentra un alfa...

"No... Qué no sea eso, por favor."

Intentó usar aquel hechizo de rastreo qué inventó Belfegor, el cual le enseñó días atrás, lo intenta, pero no le sale por estar tan nervioso y desesperado.

"¡Funciona!"

No sabe cuanto tiempo halla pasado, su preocupación aumenta, su ceño se frunce y su respiración se vuelve errática, tiene un mal presentimiento.

"Mi pequeño... Quiero encontrarlo... ¡Por favor!"

Eso es lo único que pide, encontrarlo antes de qué pasé lo peor, no quiere qué Belcebú pase por lo mismo qué el pasó, no quiere permitirlo.

Empezó a llorar, su respiración no la puede normalizar en ese estado, pero eso no impide que siga corriendo, esas condiciones no bastarán para qué se quede detenido, quiere encontrarlo, cueste lo qué cueste.

Aún intenta una y otra vez qué el hechizo funcione, no se rinde, por lo qué después de varios minutos, por fin pudo conseguirlo; una sonrisa de oreja a oreja se planta en su rostro, y sin perder más tiempo, finalmente se aparece en donde se encuentra Belcebú, llegandole enseguida a sus fosas nasales el aroma de las feromonas disparadas y dispersas por los alrededores, dándose cuenta enseguida de qué si era verdad su sospecha sobre el celo.

Ve a Asmodeus junto a Aamon alejar a unos demonios, supuso qué se tratan de alfas por como se están comportando, por lo cual su preocupación no baja, va en aumentó; mira enseguida a Belcebú cuando escucha sus pequeños quejidos, notando como se esta acurrucado contra el suelo en completa sumisión, por lo qué se acerca y se sienta a su lado, tomándolo finalmente entre sus brazos para sentarlo en su regazo, abrazándolo sin querer separarse de él.

—Mamá... —empezó a escuchar sus susurros mientras lo ve acurrucadose entre sus brazos— Tengo miedo...

Lucifer lanza un sollozo al escucharlo, no lo pudo evitar al igual qué la elevación de su aura y feromonas, esto último estando en un olor bastante agrio.

—¡Larguense! —grita con su voz de mando, mirando como los alfas tiemblan y algunos otros se van enseguida— ¡Qué se vayan o los mataré!

Belfegor, el cual lo había sentido aparecer justo después de él, lo sintió acercarse para intentar calmarlo, pero eso no sirve de nada ya qué él continua gritándoles a los alfas para qué se vayan y los dejen solos, no quiere que ellos toquen al omega menor.

A Su Debido tiempo (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora