―Pete― Vegas lo llamó. El accedió a ponerse de pie una vez que lo vio entrar de forma brusca hacia la casa. Arm también lo hizo, limpiándose las lágrimas. ―Necesitamos hablar.
El asintió. Aún afligido por lo que acababa de escuchar de los labios de su mejor amigo. Se le separó. Vegas abrió la puerta de su habitación y lo hizo pasar primero, para luego seguirle por detrás. Cerró la puerta una vez que ambos estaban dentro.
―Ya lo sabes. ¿cierto?― murmuró él.
―Sí― contestó Pete, con la voz en un hilo. Se limpió la nariz y los ojos. ―No puedo creerlo.
―Shh― Vegas lo tomo de las manos, haciendo que lo abrazara fuertemente.
El se escondió entre su torso, en ese momento las lágrimas empezaron a salir por sí solas.
―Arm está muy mal.
―Pol y yo vamos a encargarnos― le dijo él, pensando que con esa frase calmaría sus nervios. Pero fue todo lo contrario. Pete se le separó y lo miró.
―¿A que te refieres?
―Él cree saber quién pudo haber abusado de Arm y..
―No― Pete negó con la cabeza. ―No Vegas, no, no me digas que vas ir y...
―Pol también está muy mal― le aclaró. ―Le duele verlo así y yo me pongo en su lugar― lo miró fijamente a los ojos. Quería que entendiera al menos un poco de esa inmenso enojo que sentía. ―Yo no podría soportar que algo te sucediera a ti.
―Solo empeorarás las cosas― le dijo.
―Tú no me conoces.
―Por supuesto que sí― Pete hizo que lo mirara esta vez. ―Sé que pierdes el control por la más mínima cosa. Y que ahora quieres perderlo de nuevo.
―No es eso. Solo quiero ayudarlo.
―¿Y como? Ni siquiera tienen pruebas de quien ha podido ser.
―Pol las tiene― insistió él.
―¿Y que harás? ¿vas a matarlo? ¿y si esa persona es inocente?― ambos se miraron.
Vegas respiró entrecortado. Endureció la mandíbula.
Pete lo conocía tanto y en tan poco tiempo, sabía cada cosa de él, cada intención.
Se volteó, cruzando sus brazos. Pete pensó que tal vez había sido muy duro con él. Lo quería. Lo amaba muchísimo. Y no soportaba ni un segundo verlo así.
―Vegas, yo...
―Déjame ¿sí?
―Perdóname― le acarició el hombro derecho, sin querer el cuerpo de Vegas se tensó. Se resistió para no voltear hacia el. ―Yo lo único que quiero es que estés bien― delicadamente sus pequeñas manos pudieron con la resistencia de Vegas, le volteó el rostro, ambos se miraron, él no pudo controlar ni un segundo el hecho de mirar sus bonitos labios. ―Que no te pase nada.
―Solo déjame ayudar a Pol en esto― le susurró. ―¿Crees que me voy a quedar con los brazos cruzados sabiendo que ese imbécil que abusó de Arm también podría hacerte algo a ti?― Pete se quedó en silencio. ―No, y tú lo sabes.
Y sí, sabía que podía hablarle más de un día seguido, explicarle lo mucho que le dolería si algo llegaba a pasarle, pero él seguiría igual. Amaba la estúpida adrenalina. Amaba ser él. Así que solo decidió acercarse un poco más a su boca y besarla.
Vegas le correspondió el beso abriendo sus labios y dejando entrar la lengua de Pete en su acogedora boca. Sus manos lo tocaron silenciosamente, tomándole la cintura, apoderándose de el, poco a poco los dos estaban tan abrazados que ninguno de los dos quería soltarse.
―Te amo― le dijo Pete. ―Te amo tanto, solo quiero que me prometas que no harás nada de lo que luego puedas arrepentirte― lo miró a los ojos.
―Estaré bien, mi amor― se volvió a acercar a sus labios. Un beso pequeño. Suave. Tuvo que esforzarse para soltar el cuerpo de su novio y colocarlo de nuevo sobre el suelo. ―Vengo en unas horas y escúchame bien Pete Pongsakorn, no quiero que te preocupes por mí ¿Okay?― el respiró hondo. ―Ve a distraerte con Arm, yo voy a estar bien.
Y así salió de su habitación, cerrando la puerta tras él.
Se había abstenido a prometer algo que no cumpliría. Ese día tenía que acabar con su pasado, con sus secretos, antes de que Pete pudiera llegar a enterarse de alguno.
Lo que no sabía, era que eso estaba más cerca que nunca.
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Toca llorar dentro de poco :(
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When you're gone •VegasPete•
Ficción General"When you're gone the pieces of my heart are missin' you... Segunda parte de Stockholm Syndrome. Adaptación