[ d i e c i o c h o ] - You belong with me.

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꧁ M O N I Q U E ꧂

—Monique, ¿por qué comes con tanto apuro?

Detengo el movimiento del tenedor hacia mi boca cuando escucho la voz de mi padre. Estamos comiendo, ensimismados en la falsa mentira de una familia feliz y sin Alessio sentado a mi lado porque al parecer ha encontrado un departamento por fin. Mi papá levanta sus cejas indicando que aún sigue esperando mi respuesta, respuesta que llega segundos después de pasarme el bocado.

—Leni regresa de París hoy —él se sorprende, como si no hubiera tenido esa información antes, probablemente no lo sabía porque la última vez que se intercambió mensajes con Heidi, ella le dejó bastante en claro que ya no quería verlo—. Y tengo planeado ir a recibirla en el aeropuerto.

—Ah, pues qué bien —le da un sorbo a su vaso de agua y me sonríe—. ¿Quieres que te lleve?

No recuerdo la última vez que mi papá condujo conmigo como copiloto a algún lado. Siempre estaba ocupado en el trabajo o, como ahora lo conocemos, follando con Heidi Klum. Hay dos sencillas razones por las que debería rechazar su oferta, la primera es porque ha perdido mi respeto, cariño, o cualquier sentimiento positivo y la segunda es porque Tom debe estar casi llegando por mí.

—Amm —finjo pensarlo, aunque en realidad no es una decisión difícil para nada—. No, gracias. El señor Kaulitz me llevará, ya sabes, él también va a ver a su esposa.

No sé a quién le molesta más que haya mencionado ese detalle, si a él o a mí. Mi mamá parece no darse cuenta de que él se pasa la lengua por el interior de su mejilla y aprieta la mandíbula tratando de mantener su sonrisa.

—Ah, Tom —suelta un ruidito estrangulado. Empiezo a creer que tal vez no le cae muy bien, ¿podría ser? Suprimo la carcajada que viene desde lo profundo de mi alma—. ¿Y te agrada Tom? Quiero decir, ¿te resulta un buen hombre?

Estoy tentada a decirle que me parece el hombre más magnífico que Dios haya podido crear, pero sería demasiado obvio y adulador, así que, simplemente doy un leve asentimiento de cabeza junto a la más desinteresada sonrisa.

—Me cae bien. Es un hombre divertido y un excelente profesor de piano, no sé, eso pienso —me encojo de hombros restándole importancia, pero no paso desapercibida su expresión disgustada—. Tampoco es que seamos los mejores amigos, así que, supongo que es buen tipo.

—No son mejores amigos, pero parece que se llevan muy bien —la intervención de Irina no sirve para nada más que sacar la duda en mi padre, se mete un bocado de ensalada a la boca, y suelto una risita de nervios.

—Bueno, somos amigos, pero no mejores amigos. Es que es, ¿cómo decirlo? —me llevo una mano al mentón simulando pensar—. Pues es como si un adolescente viviera en su cuerpo, de hecho, yo diría que se lleva mejor con Alex que conmigo.

Esa podría ser una mentira o una media verdad. Se lleva mejor con Alex cuando se trata de hacer cosas como jugar videojuegos o mirar programas burdos de televisión, pero es obvio que nosotros nos llevamos mejor en otros conceptos, como la cama, por ejemplo.

—¿Y es más divertido que yo? —cuestiona mi padre con una media sonrisa que intenta transmitir confianza, lo intenta, pero no lo logra—. No me digas que ya lo quieres más que a tu propio padre.

—Te hace batalla, eh —le bromeo, pero igual no le hace tanta gracia porque se pone muy serio de la nada—. Oye, no te tomes todo lo que digo tan real.

Mozzafiato. 「𝐭𝐨𝐦 𝐤𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora