"Todos tenemos nuestro intenso y privado apocalipsis", pero también tenemos el potencial de vivificar nuestro mundo. Aunque sea en tintas, podrás contruir ciudades y dejar tu firma en ellas.
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Es extraño extrañar a aquel lugar en que en algún momento fue seguro para ti o eso pensabas.
Es como aquel alimento que te mataba lentamente, pero te gusta hasta que ya no puedes comerlo.
Volver al pasado y ver a la persona que fuiste, pero que ya no existe es una sensación de amarga felicidad.
Y pensar, en que todo lo que amas te destruye.
Irónico, pero cierto.
Saber que formaste parte de los lugares donde se veían criaturas celestiales; sentirse libre por momentos; conocer a la dudable “perfección” y ahora... Que estés lejos de la composición que nunca perteneciste, pero te empeñaste en agradar y no lo lograste.
Porque eres creado para dudar y razonar, para ser juzgado por las mismas razones y odiado por aquellos que en algún momento te prometieron cuidar y proteger todo tu ser...
Ves venir tu destrucción y aún así no haces nada para impedirlo porque crees que te lo mereces y... Efectivamente, lo mereces porque también eres desleal.
Es momento de actuar con madurez y aceptar los errores, ellos son consecuencias irrevocables, pero necesarios.
Porque... Sí, es tu culpa que las personas se alejen y difamen tu nombre.
Somos perfectos amando al veneno que mata todo amor y lo convierte en un inmaculado odio.
Al final, una simple acción mata cualquier gana de recuperar la esperanza de tener buenos sentimientos hacia la podrida humanidad.
Así somos, tan frágiles y propensos al odio que la opción del amor ya no existe en estos tiempos...
