Capítulo 18

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Las próximas semanas las he pasado en cama, Lucian viene a verme y nos quedamos hablando y viendo pelis hasta tarde. Papá todas las noches me trae algún dulce y a Jora no lo he visto mucho.

Creo que hasta ahora soy consciente de todo lo que está pasando, soy la heredera de la unione, la princesa de la Bratva, tengo cáncer y lo más probable es que también ganas de suicidarme.

Lo último no lo haré, no se preocupen.

La segunda escisión cada vez está más cerca, no puedo creer que han pasado casi tres meses y yo sigo sin poder usar bien mis brazos gracias al dolor y debilidad que tengo en el izquierdo.

También he estado pensando en mi relación con Lucian, y en lo egoísta que he sido al aferrarme y querer estar con él sabiendo que por más que lo intente nunca seré suficiente.

Ya han pasado casi tres meses desde que me pidió ser su novia y si bien han sido los mejores meses de mi vida la culpa y el miedo no me han permitido disfrutar de mi primera relación como se debe.

Unos toques en la puerta interrumpen mis pensamientos y me levanto para ver quién es.

—¿Cómo estás?— pregunta Jora entrando.

—De la verga, pero aquí viva que es lo que importa.

—¿Ya le dijiste como te sientes?

Niego con la cabeza, papá y Jora han insistido en que le confiese a Lucian como me siento con respecto a nuestra relación, el primero por mensajes de texto y papá cada que me trae chuches. Pero no quiero hacerlo sentir mal; así que simplemente cambio el tema cada que lo mencionan.

—¿No han arreglado el tema de la unione aún, verdad?

—Sí, vine a buscarte para que firmes unos documentos.

—¿No puedo firmarlos acá?— pregunto con pereza y el niega.

—No, de hecho. Esta persona es muy peligrosa Darya; así que necesito que hagas uso de todo tu entrenamiento. No le demuestres miedo y presume la muerte del señor plim plim sin decir que es un pez si es necesario, okey?

—Okey— afirmo nerviosa.

Bajamos con Chispas a mi lado, y cuándo llegamos al comedor. El miedo de ver a un hombre con cicatrices por todo el rostro y la mitad de los brazos quemados me hace estremecerme un poco.

—Buenas tardes— saludo sentándome al lado de papá y dejando a Chispas entre mis piernas.

—La famosa princesa de la Bratva— toma mi mano para besarla y yo le sonrío con tranquilidad — Que belleza tan peligrosa, chaton.

Gatito... Odio que me digan así.

—mogu li ya zazhech' yego?— pregunto dirigiéndome a papá que me dedica una sonrisa burlona.

—pust' snachala s"yest svoyu golovu.

—Creo que es de mala educación tener secretos en grupo— vuelve a hablar el hombre que hasta ahora, no sé cómo se llama — ¿Por qué no lo dices en voz alta?

—Me encantaría que fueras la cena de Chispas— le digo con voz firme — Y créeme que le encantan las partes íntimas de los hombres. Así que hazte un favor y limítate a hacer lo que nos conviene.

—Así agresivas me gustan.

Iba a decir algo, pero Jora se me adelanto tomándolo por el cuello.

—Firma los putos papeles y deja a mi hermana en paz.

—Bien bien— se incorpora levantando las manos en señal de rendición.

CARPE DÍEM ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora