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Sentirlo tan cerca de mi es una sensación de la que nunca tengo suficiente.

Echo de menos tenerlo pegado a mi todo el día, sentirlo conmigo.

Mientras estoy pegada a su cuello se me escapa una sonrisa que no puedo contener.

Por primera vez después de mucho tiempo he sonreído sin darme cuenta y se que es por él.

Estamos abrazados durante unos largos minutos en los que me siento en la gloria.

-Vamos.

Dice mientras se levanta y me tiende la mano.

-¿Donde?

Coge mi mano ya que yo no la había cogido y me levanta arrastrándome hasta la ventana.

Sale por ella sin responderme a la pregunta y una vez esta bajo dice:

-Vamos.

¿Tengo que bajar por la enredadera?

¿Realmente piensa que voy a hacerlo?

Con lo patosa que soy podría acabar matándome.

-Shawn.

Susurro dándole a entender que no es muy buena idea.

-¡Vamos!

Dice gritando no muy fuerte ya que mi madre podría escucharlo.

Salgo y despacio ando por el tejado hasta llegar al borde donde esta la enredadera.

Una vez estoy ahí me engancho a esta con cuidado y poco a poco bajo por esta hasta llegar al final de la enredadera la cual esta a distancia del suelo.

Shawn me coge y me deja en el suelo.

El sale corriendo y yo no se que hacer, me quedo allí parada.

Da media vuelta volviendo a mi y coge mi mano obligándome a correr.

Y ahí estamos los dos corriendo por la calle como dos chiflados.

Empieza a hacer frío y el aire choca contra mis mejillas con suavidad enrojeciendolas aún más.

Aumentamos la velocidad y Shawn suelta mi mano ya que el corre mucho más rápido que yo.

Por un momento me olvido de todo, de los deberes, del instituto, de los problemas y solo me visualizo a mi misma en ese momento, corriendo libre.

No se cuanto tiempo llevamos corriendo pero empiezo a divisar la playa a lo lejos.

Me paro ya que no puedo más, estoy sofocada y casi no puedo respirar,

-¿Estas bien?

Dice Shawn con la respiración agitada agachándose a mi lado.

Estoy inclinada hacía delante con mis manos apoyadas en las rodillas y mi cabeza hacía abajo.

-¿Estas bien?

Vuelve a repetir y con su  mano alza mi barbilla haciendo que le mire.

Tengo la respiración demasiado agitada como para articular una sola palabra.

-Si, sólo estoy cansada.

Digo con mucha dificultad.

Shawn se pone frente a mi de espaldas y agachado.

-Sube.

Dice y por un momento me entran ganas de reírme, pero estoy demasiado ocupada intentando no ahogarme.

-¿Que? ¡No Shawn!

Digo y el rápidamente me coge las piernas.

Por impulso me cojo de su cuello ya que si no me hubiese caído de espaldas.

Se levanta de el suelo conmigo cargada en su espalda.

-¡Shawn te vas a cansar!

Digo mientras echa a andar hacía la playa a lo que el no dice ni una palabra.

Llegamos a la playa y se niega a bajarme hasta que estamos frente a la orilla.

Me baja y me lanza arena a lo que yo hago lo mismo.

Empezamos a reírnos y luego nos quedamos mirando al frente.

Todo es tan tranquilo y pacifico aquí.

Noto como Shawn gira su cabeza hacia mi a lo que yo tardo unos segundos en imitarle.

Me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa.

Decido sentarme en la arena y el me sigue sentándose cerca de mi, con las piernas y los hombros pegados a los míos.

Me giro a mirarle y veo que el ya estaba mirándome con su rostro a centímetros del mío.

Desliza su mirada desde mis ojos hasta mis labios y viceversa varias veces hasta que se decide a besarme.

Tenemos una coordinación y una lujuria en nosotros que me encanta.

Es como una descarga de adrenalina cuando me besa, mis manos su nuca juegan con el pelo mientras sus manos descansan en mis mejillas.

Se me escapa una sonrisa pegada a sus labios lo cual hace que el no pueda evitar que también se le escape una.

Pegados el uno al otro.

Nos separamos y me quedo unos segundos mirándole atentamente.

Nos levantamos a lo que Shawn pasa so brazo rodeándome la espalda y yo me decido a besarle.

Rodeo su rostro con mis manos y le beso de manera dulce, él me agarra de la cintura pegándome a el.

El beso dura mas de lo que me he besado con alguien antes.

Ambos nos separamos un poco para respirar, su nariz sigue pegada a la mía cuando susurra:

-Te he echado de menos.

Me da un pequeño beso.

-No sabes cuanto.

Vuelve a darme un pequeño beso y yo le beso apasionadamente.

Cuando finalmente nos separamos, se coloca detrás de mi abrazándome por detrás y yo entrelazo sus manos con las mías las cuales descansan en mi pecho. 

Cierro los ojos durante unos minutos pensando si esto que esta pasando es verdad o si me he quedado dormida haciendo los deberes.

-¿Esta pasando esto de verdad?

Susurro.

-Si.

Susurra en mi oído para después besar mi cuello de manera dulce y mis ojos se cierran con el tacto de sus labios

Nos quedamos así unos largos minutos a lo que yo empiezo a sentirme viva de nuevo.

"El chico de intercambio" Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora