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By. Tom
Tome un último trago de el vaso que reposaba en mi mano, el líquido que había tomado tenía un grabe sabor amargo así que no pude contenerme a hacer una mueca de desagrado ya que no estoy muy familiarizado al alcohol, claro, tomo de vez en cuando; soy un adulto que a experimentado todo tipo de sustancias desde que tiene simple uso de razón. ¿Qué podría detenerme a saborear un poco de la necesidad de saciarte en al punto de quedar inconsciente para olvidar de todo? Nada.
El hecho de que desde una edad temprana conocía el sabor, la consistencia, olor, tacto y la experiencia de un sin fin de cosas no significaba que era un maldito drogadicto o un alcohólico. Solo soy un joven experimental.
En cambio. Bill siempre a sido totalmente diferente a mi, yo siendo mayor que el por lo menos unos 10 minutos de diferencia puedo decir que soy mas consciente y maduro sobre las consecuencias de lo que uno se mete día a día, y confío que mi hermano no es un idiota que no sabe manejar el contenido que entra por su cuerpo y por alguna extraña razón, sino que muy surrealista razón, todo el tiempo quiere estar alejado del mundo real y eso es preocupante. Mi hermano menor, con el que he crecido y desarrollado todos mis sentidos y vida esta siendo irreconocible a mi lado. ¿Qué pasó con el ser más angelical que conozco? ¿Qué ha pasado con mi pequeño hermano?
Fastidiado del tema y de lo hipócrita que estaba siendo al beber mientras pienso en los serios problemas de alcoholismo de mi hermano suelto un suspiro de mis pulmones buscando una relajación que nunca encontré. El tema realmente era lo suficiente hostigante que no le encontraba una solución, nada pasaba por mi cabeza.
Se que no hay nada que pueda hacer como para evitar estas acciones autodestructivas de Bill, por más que seamos gemelos, que lo conozca de toda la vida o que seamos literalmente una persona misma no puedo evitar el que se este alejando de mi lado de forma muy lenta y dolorosa ahogándose en sus penas, penas de las cuales no conozco el motivo. Y duele.
Ver su mirada apagada me rompe el corazón. Me siento responsable de su dolor, porque también lo siento y se que pude haberlo evitado. Se que pude haber evitado muchas cosas.. solo siento culpa, y como duele la maldita.
El reloj de la sala se escuchaba de fondo mientras mis pensamientos seguían flotando en el ambiente, chocando unos con otros, desapareciendo en el silencio del espacio y otros cuantos que resonaban escandalosamente en el vacío. Seguía preguntándome y buscando una respuesta a todas mis preguntas, una solución inmediata a este tormento.
En lo que me levanté para ir a buscar otro trago del mismo whisky que posaba en el centro de mesa que estaba enfrente mío se escucha la puerta abrirse. Una reacción automática apareció en mi ser y de forma inmediata corrí hacía la entrada, sabiendo quien era solo esperaba y rezaba a los cielos implorando una simple y sencilla cosa.
