Relato Corto

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-¡Hola Marcia! ¿Cómo estás? – Marcia es una amiga a la que quiero mucho, nos conocemos desde nuestro primer día en el mundo laboral, nos contrataron a las dos al mismo tiempo en una multinacional de Crédito y Cobros, pero hace tanto de eso, y aunque nos hablamos de vez en cuando, siempre me entusiasma saber de ella.-

-¡Hola Ángela! No estoy muy bien, realmente te llamo para darte una mala noticia – guarda silencio un minuto – es que no se cómo decírtelo, lo siento mucho Ángela, no debería darte esta noticia de esta forma, y menos por teléfono.-

-¡Oh Dios Marcia!  Me estas asustando – decir que tenía el corazón acelerado es poco, las manos me sudaban, mi garganta se seco, hay pocas noticias malas que Marcia pueda darme, pero el hecho de oírla controlar el aliento a través de la línea, solo significa que la mala noticia tenía que ver con Marcos, el amor de mi vida, fue nuestro supervisor durante 4 años en la multinacional, y fuimos pareja siete años, dos siendo compañeros y cinco después, cuando me llamaron de un banco, para trabajar como supervisora, donde tengo 7 años trabajando, seguimos siendo pareja, podría decirle que la relación floreció a partir de ahí, ya hacen dos que terminamos nuestra relación, pero yo yo le sigo amando, y sé que el a mí, pero somos tan orgullosos y tercos que nos limitamos a saludarnos cuando coincidimos en algún lugar y nos conformamos con dos llamadas al mes.-

-¡Lo siento mucho Ángela, pero Pablo a Muerto!

-¿Queeeeeeee? – sentí como mi corazón se detuvo dos latidos, y al tercero se desmoronaba, el teléfono rodaba de mis manos, los ojos se iban convirtiendo dos tuberías de agua rotas, mi cuerpo entero empezó a temblar, me faltaba el aire, mi boca quedo abierta, y sentí como mi cuerpo iba cayendo al piso, por falta de fuerza, mis rodillas cedieron, mi control se fragmentó, mi sentido común se evaporo, solo era consciente de cómo mi corazón iba rompiéndose en pedazos lentamente, como cada trozo iba rasgándome el alma.-

-¡¡¡Anegelaaa!!! ¡¡¡Angelaaaa!! – solo fui capaz de escuchar, mi cuerpo se negaba a reaccionar, mi razón se apago completamente - ¡¡¡ANGELAAA!! ¡¡Respóndeme!! ¿Qué te pasa? ¿Qué va mal? – Era mi buen amigo Pablo, supervisaba otra área, la preocupación tiño -¿Aloo? ¿Quién es? ¿Marcia?, ¿Qué le has dicho? ¿Qué rayos ha pasado? – un largo silencio, Marcia debe estar contándole a Pablo lo que sucedió, ellos ya se conocen, yo solo escuchaba los entiendo que el siempre dice, como señal de que está prestando atención – ¿Qué si está bien? ¿Tú qué crees Marcia? ¿Estás loca? ¿Y porque le das esa noticia por teléfono? ¡Cristo Marcia, se supone que eras su amiga, esas noticias no se dan así! ¡Debiste haberme llamado a mí, y yo se lo decía! – Esta gritando, Pablo nunca pierde los papeles - ¡Si, si era necesario la hubiese llevado a emergencia y ahí se lo decía! ¡Ahora esta medio ida, y tirada en el piso! No vengas con es...

Deje de escuchar, deje de ser consciente del dolor en mi pecho, de la angustia, empecé a sentir como el frio se iba adueñando de cada centímetro de mi cuerpo, de cada pedazo de mi piel, no podía creerlo, ¿¿Marcos?? ¿¿Muerto??, no podía ser cierto, no podía ser verdad, Marcos no, el era mi todo, era por quien siempre daba lo mejor de mí, por el lo daba todo, por nosotros me esforzaba en salir adelante, porque sabía que aunque nuestros caminos estuvieran distanciados, nuestro amor existiría siempre, y más adelante, cuando ambos estuviéramos dispuesto a sentar cabeza, a comenzar una familia, sabíamos que solo seriamos capaces de hacerlo si estábamos juntos, que no entendíamos un futuro sin el uno en la vida del otro, mi Marcos, él le daba sentido a mi vida con nuestras conversaciones quincenales, que nos contábamos todos, a quien llamaba cuando no encontraba solución a nada, mi Marcos, empecé a sentir, como una oscuridad se adueñaba de mi.


-¡Vamos Nena! – Escuche esa voz - ¡Nena! – un olor molesto me apartaba de la bruma, me despertaba, no sé porque, pero no quería salir de la neblina, me sentía a gusto en la oscuridad, pero ese olor cada vez se hacía más fuerte, sentía que me alejaba de la paz -¡Ángela, Despierta! ¡Por el amor de Dios, me vas a matar! – es Pablo, esa voz es de Pablo, de pronto llego la claridad, mis parpados me pesaban, y la cabeza me molestaba horrores, junto con la claridad llego la verdad, la realidad de lo que había pasado, todo llego como un huracán, el dolor, la angustia, el miedo, sentía como me rompía lentamente.

Como Pompas de JabónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora