Un día perfecto
Ladybug y Cat Noir estaban patrullando por los tejados de París, disfrutando del sol y la brisa. Habían derrotado al último akumatizado y no habían recibido ninguna señal de Hawk Moth en un tiempo. Parecía que todo estaba tranquilo y en paz.
¿Qué tal si nos tomamos un descanso? - sugirió Cat Noir, señalando un parque cercano. - Podríamos relajarnos un poco y charlar.
Me parece bien - aceptó Ladybug, sonriendo. - Después de todo, no todos los días podemos estar juntos sin tener que luchar contra el mal.
Eso es cierto - dijo Cat Noir, devolviéndole la sonrisa. - Y hay algo que quiero decirte desde hace mucho tiempo.
¿Ah, sí? - preguntó Ladybug, curiosa. - ¿Qué es?
Bueno... - empezó Cat Noir, nervioso. - Verás, yo...
Pero antes de que pudiera terminar su frase, sus miraculous empezaron a parpadear, indicando que les quedaba poco tiempo para volver a sus identidades civiles.
¡Oh, no! - exclamó Ladybug. - ¡Tenemos que irnos!
¡Espera! - dijo Cat Noir, agarrándola de la mano. - Solo dame un minuto.
Lo siento, Cat Noir, pero no podemos arriesgarnos a que nos descubran - dijo Ladybug, soltándose. - Tenemos que separarnos y encontrarnos más tarde.
Está bien... - suspiró Cat Noir, resignado. - Pero prométeme que me dirás lo que ibas a decirme.
Te lo prometo - dijo Ladybug, dándole un beso en la mejilla. - Nos vemos pronto.
Y con eso, los dos héroes saltaron en direcciones opuestas, buscando un lugar seguro para transformarse de nuevo en Marinette y Adrien.
Marinette llegó a su casa justo a tiempo para evitar que Tikki saliera de su pendiente. Entró por la ventana de su habitación y se dejó caer en su cama.
Uf... Eso estuvo cerca - dijo Marinette, respirando aliviada.
Sí, pero lo hiciste muy bien, Marinette - la elogió Tikki, saliendo de su pendiente y volando hacia ella. - Eres una gran Ladybug.
Gracias, Tikki - dijo Marinette, abrazando a su kwami. - Eres la mejor amiga que podría tener.
¿Y qué hay de Cat Noir? - preguntó Tikki, con picardía. - ¿No es también tu amigo?
Claro que sí... Es mi compañero... Mi aliado... Mi... - balbuceó Marinette, sonrojándose.
Tu amor - completó Tikki, sonriendo.
¡Tikki! - protestó Marinette, avergonzada. - No digas eso...
Pero es verdad, Marinette - insistió Tikki. - Tú lo quieres y él te quiere. Se nota en la forma en que se miran y se hablan.
Pero no puedo decírselo... No sé si él siente lo mismo por mí... Y además, tenemos un secreto que proteger... No podemos estar juntos... - dijo Marinette, triste.
No seas tan negativa, Marinette - dijo Tikki, animándola. - Tal vez él sienta lo mismo por ti y solo esté esperando el momento adecuado para decírtelo. Y tal vez algún día puedan revelarse sus identidades y ser felices juntos.
¿Crees que eso es posible? - preguntó Marinette, con esperanza.
Claro que sí, Marinette - dijo Tikki, con confianza. - Solo tienes que tener fe y seguir tu corazón.
Mientras tanto, Adrien había llegado a su mansión y se había encerrado en su habitación. Plagg salió de su anillo y se dirigió al queso que Adrien le había dejado en su escritorio.
Mmm... Qué rico - dijo kwami color negro, saboreando el queso.
Me alegro de que te guste, Plagg - dijo Adrien, sentándose en su sofá. - Te lo mereces por ser un gran Cat Noir.
Gracias, Adrien - dijo Plagg, agradecido. - Eres un gran chico.
¿Y qué hay de Ladybug? - preguntó Plagg, con malicia. - ¿No es también tu chica?
Bueno... Sí... Es mi amiga... Mi socia... Mi... - tartamudeó Adrien, ruborizándose.
Tu amor - terminó de decir el diminuto ser, riendo.
¡Plagg! - se quejó Adrien, molesto. - No digas eso...
Pero es verdad, Adrien - continuó el. - Tú la quieres y ella te quiere. Se nota en la forma en que se sonríen y se tocan.
Pero no puedo decírselo... No sé si ella siente lo mismo por mí... Y además, tenemos un secreto que proteger... No podemos estar juntos... - dijo Adrien, melancólico.
No seas tan pesimista, Adrien - dijo Plagg, consolándolo. - Tal vez ella sienta lo mismo por ti y solo esté esperando el momento adecuado para decírtelo. Y tal vez algún día puedan revelarse sus identidades y ser felices juntos.
¿Crees que eso es posible? - preguntó Adrien, con ilusión.
Claro que sí, Adrien - dijo Plagg, con seguridad. - Solo tienes que tener fe y seguir tu corazón.
Esa noche, Marinette y Adrien se acostaron en sus camas, pensando el uno en el otro. Ambos se preguntaban qué les habría dicho el otro si no hubieran tenido que irse. Ambos se imaginaban cómo sería estar juntos sin tener que ocultar nada. Ambos se deseaban buenas noches y se dormían con una sonrisa en sus labios.
Al día siguiente, Marinette y Adrien se encontraron en el colegio, como siempre. Se saludaron con timidez y se sentaron en sus respectivos asientos. Pero ninguno de los dos podía dejar de mirar al otro de reojo. Había algo diferente entre ellos. Algo que solo ellos sabían. Algo que los unía más que nunca.
Y así comenzó un nuevo día para Ladybug y Cat Noir. Un día lleno de aventuras, desafíos y sorpresas. Un día perfecto.
Fin~
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Espero que les haya gustado, está es mi primera historia 🙂.
Hasta luego 👋😊