Prólogo

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Desde niña me encanto la película de Wily Wonka. Las canciones, la fábrica, el río de chocolate, el gran barco. Los Umpa Lumpa y las canciones pegadizas.

Al crecer, siendo adolescente, me encantó la personalidad del chocolatero, la forma en la que se comportaba y su tierno, pero loco pensar. Era algo que siempre busque en un chico.

Pero ahora que era adulta, no deseaba nada más que tener una aventura loca y amorosa con aquel chocolatero. Tal vez porque el actor era Johnny Deep y se veía extremadamente sexy lejos de aquella vestimenta.

En cuyo caso, eso ya no importaba. Porque me estaba muriendo. En un hospital, mientras las enfermeros y las doctores corrian de un lado al otro, poniéndome medicamentos, trayendo un carrito. Unas manos presionando mi pecho.

La maquina a mi costado emitía una alarma debido a mi irregular ritmo cardíaco. La única diferencia era que, yo ya no estaba luchando. Llevaba meses esperando un trasplante de corazón y ahora se me había acabado el tiempo.

Mi corazón era débil desde el momento en que cumplí 15 años. Comenzó con mareos y fatiga. Luego empezaron los sangrados nasales. Finalizando por el defecto en mi corazón.

"¡Se está yendo!"

Sonreí una última vez al sentir el alivio del dolor antes de dejarme ir por completo.

Muchas dicen que ven un puente lleno de luz blanca, otros que sienten mucha paz y por último, lo más creíble hasta ahora, era el no sentir nada.

Estaba en la última de todas. Todo era negro, hasta yo. ¿Era pacifico? Si, pero la luz no existía. No se si estaba abierto los ojos, cerrados o simplemente me había quedado ciega. Pero no tenía miedo. Estaba calmada.

No se cuanto tiempo paso, ni mucho menos, si de hecho paso. Solo se que de pronto sentí que algo me succionaba, eso me hizo sentir confundida. La cuestión es que desde que supe que estaba enferma, ya nada me importaba, como ahora.

La luz lleno mis ojos otra vez, el frío me consumió por completo y el hambre retorcio mi estómago. Jadee, el aire me había faltado por un segundo, boquee un momento y de pronto me encontraba respirando una vez más.

"Hola cielo, buenos días" la voz dulce una mujer me hizo girar el rostro. Se veía algo demacrada, su cabello por todos lados, pero con un intento de sujetarse con lo que parecía un palo pequeño.

"Hola" sonreí, siempre lo hacía, no importaba que pasara, siempre sonreía.

Autora:

Bienvenidos a una nueva aventura.

Con amor.

Rose 🌹

I'm Wonka IncDonde viven las historias. Descúbrelo ahora