CHRISTAL [Banginho / ChanHo]

Final Feliz.

¿Cual es la mejor manera de honrar la memoria de un ser amado, amor imposible? La respuesta es clara: Continuando.

Continuar, ser feliz, sin cargas, y aprendiendo de lo magnífico que es vivir mientras perdura el recuerdo como un amigo visitante y no como una pesa en los tobillos.

Y así fué.

La alarma sonó, se removió un poco en su lugar, a punto de cubrirse el rostro con las mantas rechazando los rayos del sol al no abrir las cortinas de la recamara y permanecer ahí recostado, si no fuera por qué alguien se adelantó a apagar el despertador y con una calida caricia por su brazo descubierto y espalda desnuda trayendo a colación un par de labios un poco húmedos hacia su nuca en forma de pequeños besos lo prepararon para escuchar la perfecta voz de su ahora interlocutor.

— Buenos días, mi amado. — Susurro el castaño junto a su oído y dejando que su lenta respiración y suavidad del fugaz tacto con la punta de su nariz bajando tentativamente por su cuello le despertarán con sus características cosquillas.

MinHo se estremeció pero fingiendo un momento más, simplemente dejo un sonido casi gutural, adormilado, escapará de sus labios en respuesta seguido de su propio suspiro, a lo cual Kim con esa bonita sonrisa que le ocasiona el compartir momentos así de simples pero igual íntimos con la razón de su delirio, sabía que debía poner más labor.

Colo sus dedos bajo su brazo y lo rodeo de su cintura para abrazarlo tan cercanamente a él como fuera posible descansando la palma de su mano en su trabajado abdomen del mayor.

—Yo tampoco me quiero levantar, el día será pesado.

Quedó un momento en silencio. Quien diría que el próximo movimiento en medio de la calma sería dejar a Lee boca arriba, atrapado entre el colchón matrimonial y un Seungmin sentado a horcajadas encima suyo.

—¡Pero debes despertar!.— Le recordó en una voz aún suave aunque aún más llamativa, pues pese a estar en su casa debían ser discretos. Continuo. — Alguien tiene que ir al recital de la niña. Prometo recompensar al padre explotado después está noche.

— Si mueves un poco más tu bonito trasero encima mío quizás pueda ir el resto de la semana. — Respondió por fin, rendido, MinHo. Más las manos traviesas no se tardaron en sujetar sus posaderas del que estaba encima suyo durante su respuesta, recibiendo una mirada mortal, pero que jamas lo lastima.

Seungmin deslizó sus manos del abdomen de Lee hacia sus hombros y se inclino para alcanzar sus labios en un beso de inicio lento, volviéndose algo erótico mientras más duraba. Cómo si su palabra fuera ley, movió lentamente el trasero de arriba hacia abajo, en una ida y vuelta, frotandose a la entrepierna del mayor.

— ¿Así te gusta?, ¿Seguro que no prefieres ser tu quien me monte?

Iban a perder la noción de todo cuando Seungmin se volvió a acomodar, acostado pecho contra pecho y colando una de sus piernas entre las de MinHo, pues no estaba dispuesto a dejarle ir y terminaría uniendo sus cuerpos en esa preciosa mañana, la cual no había tenido oportunidad de apreciar pero está seguro de ese hecho. Entonces la perilla de la puerta los puso alerta.

Lee cubrió a su pareja aún encima suyo y cerraron sus ojos como si estuvieran dormidos.

— ¡Papito!, ¡Papito!, ¡Ya es hora!

Una bonita pequeña entro corriendo a la habitación con sus pequeños pasos y de un salto subiendo a la cama de sus padres a los cuales sacudió un poco y ambos le recibieron con risas y besos. Los tres distribuidos en la cama pero con la pequeña en medio de un, hasta empalagoso, sandwich de amor.