Entre la oscuridad y la esperanza: Crónicas de Mondstadt

• Capítulo 4: Xiangling - Sabores de la nostalgia •

Perdón de nuevo por la tardanza voy a empezar a dejar de prometer las fechas y tiempo de capítulos, como sea aquí les traigo el capítulo IV se les quiere mucho y disfruten la depresión de unos personajes
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La tristeza se cernía sobre Mondstadt como una manta gris, envolviendo a la ciudad en una sombría melancolía. La ausencia de Jean era palpable en cada rincón, y mi corazón se apretaba con cada paso que daba. Como maestra culinaria del restaurante Wanmin, siempre había encontrado consuelo en la creación de platos que llenaban los corazones de las personas con alegría y satisfacción. Pero en este nuevo mundo sin Jean, incluso los sabores parecían haber perdido su brillo.

Caminaba por las calles silenciosas de Mondstadt, mis pensamientos enredados en la nostalgia de los momentos que había compartido con Jean. Ella solía venir al restaurante Wanmin a menudo, disfrutando de mis creaciones culinarias con una sonrisa cálida en el rostro. Recordaba su risa y sus elogios, y me dolía saber que nunca más la vería sentada en una de mis mesas.

Entré en el restaurante y comencé a preparar los ingredientes para una nueva creación. Pero mis manos temblaban y mi mente estaba en otra parte. Las especias, los aromas y los colores que solían ser tan familiares ahora parecían distantes y extraños.

"Xiangling, querida, ¿estás bien?" preguntó mi padre, mirándome con preocupación.

Sacudí la cabeza y suspiré. "Papá, todo es tan diferente ahora. Mondstadt está triste, y siento que no puedo traer alegría a través de mis platos como solía hacerlo".

Mi padre puso una mano reconfortante en mi hombro. "Jean siempre amó tus platos, Xiangling. Aunque ya no esté aquí, su espíritu vive en cada bocado que creas. Nunca subestimes el poder de la comida para unir a las personas y traerles consuelo".

Sus palabras resonaron en mi interior, y decidí que era hora de honrar a Jean a través de mis creaciones culinarias. Comencé a preparar un festín de platos que recordaban los momentos que habíamos compartido. Cada ingrediente y cada especia eran como pinceladas en un lienzo, creando una imagen de los momentos felices que habíamos vivido.

El aroma de las especias llenó la cocina, y poco a poco, el restaurante Wanmin se llenó de ese aroma reconfortante. La gente comenzó a llegar, atraída por el delicioso aroma que flotaba en el aire. Los rostros cansados y tristes se iluminaron con anticipación mientras se sentaban en las mesas.

Serví los platos con una sonrisa en el rostro, compartiendo historias de los momentos que había compartido con Jean mientras cocinaba cada uno de ellos. Hablé de las risas que habíamos compartido y de la pasión que teníamos por la comida. Vi cómo los rostros se suavizaban y las sonrisas comenzaban a aparecer, aunque tímidas.

A medida que la gente probaba los platos y compartía sus propias historias, sentí que algo comenzaba a cambiar en el aire. La tristeza seguía presente, pero había un destello de conexión y alegría en los ojos de las personas. Jean había sido un símbolo de unidad y compasión, y a través de la comida, estaba encontrando una manera de llevar ese espíritu a Mondstadt.

Al final de la noche, miré a mi alrededor y vi que el restaurante estaba lleno de gente que compartía risas y conversaciones. Sabía que Jean estaría feliz de ver que su espíritu aún vivía en los corazones de las personas que amaba. Y aunque la tristeza no desaparecería de la noche a la mañana, al menos había encontrado una manera de traer un poco de luz a través de los sabores de la nostalgia.
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Siguiente capítulo: Childe - Sombras del pasado
Childe, el enigmático guerrero de Snezhnaya, llega a Mondstadt en busca de respuestas y encuentra una ciudad sumida en el caos. Decide ayudar, pero sus verdaderas intenciones siguen siendo un misterio.