Rosas y champaña fanfic
𝟏. El comic original 'Roses and champagne' no es de mi autoría, todos los créditos a ZIG y Ttung Gae.
𝟐. Prohibida cualquier copia y/o adaptación de la historia.
𝟑. Contenido +18.
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CAPÍTULO DOS el futuro de Rusia
EL HOMBRE QUE RECIBÍA A las personas en la entrada del bar, quitó con delicadeza el hermoso abrigo blanco que Paulette traía encima, dejando ver su atrevido vestido rojo. La mujer le agradeció con una sonrisa coqueta, antes de guiñar un ojo en su dirección.
El camarero respondió de igual forma, sin embargo, se echó para atrás al ver cómo Caesar colocaba su mano de manera posesiva sobre la cintura de Paulette, volteando a verlo de forma acusadora.
Paulette rodó sus ojos ante los celos del rubio.
──Deja de hacer eso. ──regaña ella dando una palmada en el pecho del mafioso──. Era lindo.
A pesar de que la música estuviera a todo volumen, y las personas tuvieran su vista enfrente por la mujer que bailaba de forma sensual, no impedía que las personas de alto nivel, murmuraran cosas sobre ellos cuando pasaban a lado.
──No han pasado ni tres horas desde que estabas sobre mi... ──murmura Caesar sobre su oído──... ¿Y ya buscas a otro? Eso es cruel.
Deja un beso sobre el oído de Paulette, causando un escalofrío sobre su persona. Ella sonríe mostrando sus dientes en dirección a Caesar, antes de tocar la puerta frente a ellos.
Un hombre grande ──no tanto como Caesar── y de traje abrió la puerta. Hizo una reverencia en su dirección antes de dejarlos pasar, cerrando la puerta a sus espaldas y quedándose a vigilar la puerta desde afuera.
Paulette tuvo que levantar su vestido rojo al ver las escaleras alfombradas. Claro que Dimitri tenía que tener su oficina bajo tierra, se escuchaban menos los gritos.
Todo era tan reluciente como el bar de mala fama, conocido como el lugar en donde las personas más ricas de Rusia se reunían para pasar un buen rato. Tenía que tener lo más caro de todo el mundo.
──Llegaron. ──exclama Dimitri desde el sillón──. Vengan aquí.
Paulette pasó su vista hacia las personas que rodeaban al moreno. Dos mujeres y un hombre, bueno, no era sorpresa.
──Me alegra que hayan decidido venir. ──se levanta del sillón, acercándose a ellos──. Espero y hayan tenido un buen camino.
Le tendió la mano a Caesar. Cuando esté la tomó, Dimitri se acercó a su mejilla, dejando un beso. Era pocos centímetros más bajo que el rubio, quien lo apartó pegando el dorso de su mano a la boca de Dimitri.
──Suficiente. ──toma camino para sentarse en el sillón al otro lado de la mesa.
──¿Qué te pasa? Me dejabas hacer eso cuando era pequeño. ──se queja el moreno acercándose a Paulette──. ¡Noona! Tan bella como siempre. ¿Tú si me vas a dejar darte un beso, Noona?
