Creación Celestial 𝖵𝗈𝗅. 1 [𝖪𝗂𝗋𝗂𝖡𝖺𝗄𝗎] [CANCELADA]

9. ¿Cómo me llamaste...?

Mini aviso antes de comenzar: cambio drástico de narración. Gracias a algunas clases con la señorita denislimrial, la autora de Adiestramiento, puedo llegar y satisfacer mis expectativas como escritora novata ^^

Seguramente en algunos aspectos debo de solucionar, para no entorpecer su lectura.

Sin más que decir... Comiencen a leer. No se olviden de votar y comentar, por favor -no es obligatorio-.

oooO0Oooo

Un chico de pelo azul opaco con orejas puntiagudas estaba en el patio de atrás de su casa, sentado en un columpio de plástico medianamente grande, alzó la vista hacía arriba, observando las nubes con detenimiento, imaginando cosas por el movimiento y forma que tomaban las nubes.

Escuchó a lo lejos unas pisadas rápidas que corrían en dirección a donde él se encontraba, sonrió con ternura al imaginarse a la persona que lo está provocando, venía hacia él para pedirle un favor, o seguramente jugar con él a las muñecas tomando el té.

Bajo su mirada, para esperar paciente, el marco de la puerta que unía la sala con el patio trasero, escuchando como se intensificaba los ruidosos pasos que corrían hacia donde se encontraba, para después ver como una cabellera de color celeste cielo opaco mediantemente oscuro, con ojos de color negro como los suyos, se dirigía hacía él emocionada.

—¡Papi, Papi! —gritó la niña desde lejos a la vez que se acercaba alegre a Tamaki, Hotaru disminuye su andar para acercarse más a su padre.

—¿Qué pasa Frijolito? —le cuestiono Tamaki a la niña con una pequeña sonrisa, esta ya estaba lo suficientemente cerca de su persona como para escuchar su habla.

—Es que... —jugaba con sus dedos de manera nerviosa— quiero visitar al padrino Kiripima y al tío Bapugou... —termino de decir, aun con un poco de nerviosismo jugaba con sus dedos entre sí.

Tamaki sonrió con ternura, su hija se parecía tanto a él como también a su madre, Nejire, le encantaba tanto ver a su hija alegre y energética como su progenitora, pero a la vez tímida como él de pequeño y parte de su adolescencia, era confiada al pedir un favor, o al hablar con una persona mayor que ella. Su voz transmitía delicadeza y tranquilidad, que te daba ganas de abrazar y atesorar.

—Claro que sí, pero ¿Tu madre te permitió esta vez? —se levantó del columpio para caminar hacia su hija de cinco años y alzarla con cuidado—. Porque sabes bien que ella no quiere que pidas algo sin su autorización —le advirtió con su mirada fija en la nena, quien asintió alegre con una sonrisa en su rostro.

—Si, lo se papi, yo ya le pedí adelantado, toda la semana les pedía ir de visita a ver al padrino Kiripima, jaja —avergonzada explicó la situación. Amajiki solo se rió por lo detallista que era su hija, le impresionaba lo meticulosa que era con todo lo que le rodea, no importaba que, siempre revisaba todo antes de que algo falte a última hora. Era una niña muy aplicada.

—¡Hotaru! ¡¿Ya avisaste a tu papá?! —a lo lejos se escuchó la voz tan conocida de su madre, que puso feliz a ambas personas en el lugar en donde se encontraban.

—¡Si, mami! —grito alegre Hotaru, Nejire aparecía en escena después de aquella respuesta, con una remera de color blanco, un short de color negro que le llegaba por debajo de las rodillas, acompañada de una sandalia de color crema. Tamaki pensó que se veía más hermosa cada día que pasaba su querida esposa.

—Que suerte —miro a la niña con una sonrisa —. Cielo —volteo su cabeza a Tamaki —, hace unos momentos Mirio llamó, dijo que Eri-chan junto con Kota-kun querían venir de visita. Ya están en camino, salieron hace unos minutos me avisó —reveló, y antes de que el único chico en la casa dijera algo, Nejire siguió —. Pensé, si es que los cuatro salimos a pasear, sería bonito; pero después me acordé que como Hotaru quiere visitar a Kirishima-kun y a Bakugou-Kun, sería muy buena idea llevar a Eri y a Kota con nosotros a visitarlos, ¿No? —termino de decir la mayor.