¿Era real? Su cabello, suave como la seda más fina, ¿era eso posible? Sus ojos azules, enormes y brillantes mirándolo fijamente, intimidándolo pero al mismo tiempo llamándolo, diciéndole que lo siga y jamás se separe de él. Sus manos, pequeñas a comparación de las suyas, pero lo suficientemente grandes como para posar su corazón en ellas. Su rostro, en el cual se posaba una sonrisa con un brillo similar al de mil soles.
Podría seguir enumerando cada característica del castaño, desde lo físico hasta lo espiritual, pero eran tantas las palabras acumuladas en su garganta que no les encontraba un orden y al decirlas dejaban de tener sentido. Se convertían en un nudo de cosas sin decir, y él lo observaba, sin tener la capacidad de convertir ese nudo de pensamientos en párrafos de ideas.Iba más allá de lo lógico lo que el castaño causaba en él. Mezclaba agua y aceite directamente en su corazón. Y es que él lo odiaba, pensar en el chico de ojos azulados le causaba náuseas, aunque al mismo tiempo hacía que sus extremidades tiemblen como si se tratara de estar a punto de ser ejecutado. Cuando éste estaba cerca se sentía capaz de conquistar al mundo, tenerlo todo en la palma de sus manos, a pesar de que al mismo tiempo se sintiese como si estuviese enterrado mil metros bajo tierra. El chico era su muerte, y al mismo tiempo era él quien causaba que vuelva a renacer una y otra vez, en un círculo sin fin.
Su vida era totalmente patética con él, y aún más patética sin él, porque sin la compañía del menor a su lado él simplemente no se sentía vivo. Una parte de él se había visto arrancada despiadadamente cuando lo abandonó, dolía tanto y al mismo tiempo lograba sentirse tan vivo, lleno de oportunidades.
Él se encontraba ahora entre dos espadas afiladas, las cuales estaban dispuestas a herirlo al menor movimiento, y sabía que nada terminaría bien para él. ¿Debía, entonces, olvidarse de su ángel para siempre? ¿O seguir jugando ese estúpido juego en el que fingía no sentir dolor ante los actos del castaño? Y es que al final, ¿Era mejor ser feliz en el infierno, o triste en el paraíso?.
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Tragedy tastes like victory.
Short Story"Y se dio cuenta que quien creía que le devolvía la vida que le faltaba, era en realidad quien se la estaba quitando día a día." | Serie de cosas que se me ocurra escribir. |