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Estoy impaciente por comprobar si Leah esta en la misma planta que yo pero se que mi padre no va a dejar que me levante de la camilla.

Me espero a que se duerma para intentar irme de la habitación.

Pruebo a incorporarme lo cual se me hace muy difícil teniendo un brazo y una pierna escayolados.

Encuentro el mando de la cama y la levanto hasta dejarme sentado sobre la cama.

Me muevo hacía un lado consiguiendo incorporarme.

Me pongo en pie a la pata coja y alcanzo la silla de ruedas en dos saltos.

Menos mal que es automática ya que no puedo girar las ruedas con un solo brazo.

Salgo con cuidado de que no me llamen la atención por estar fuera de la cama en mis condiciones.

Empiezo a pasar por delante de las habitaciones lentamente, la búsqueda se me hace muy difícil ya que la mayoría de habitaciones tiene las puertas cerradas.

Cuando estoy a medio pasillo escucho como alguien sale de una habitación.

Me doy la vuelta y veo que es el padre de Leah.

Espero a que se aleje para acercarme a la habitación.

Abro la puerta y lo que más temo se hace realidad cuando la encuentro dormida, inconsciente.

Una parte de mi me decía que iba a estar despierta y que el accidente había sido un susto tonto para que nos diésemos cuenta de las cosas que hacemos sin pensar.

De las consecuencias.

La habitación esta levemente iluminada por una lamparilla encendida que esta en integrada a la parte de arriba de la camilla.

Esta conectada a un electrocardiograma y a una maquina que le ayuda a respirar.

Sin darme cuenta estoy llorando parado en la puerta.

Me acerco y me pongo a su lado para cogerle la mano con cuidado.

Me siento culpable por lo que ha pasado ya que si yo no hubiese dicho que fuésemos a la playa esto no hubiese pasado.

Quizás las cosas que están destinadas a pasar tienen que pasar pero me hubiese gustado por evitar esta.

Quiero que se despierte y que me diga que esta bien.

Le doy un delicado beso en la mano y me quedo mirándola durante unos minutos.

-Leah soy Shawn -Susurro- espero que estés bien y que te despiertes pronto.

De repente la puerta se abre y aparece su padre por esta.

-¿Shawn?

Dice y se acerca.

-¿Como estas?

Dice mientras me abraza.

No puedo decir ninguna palabra, preocupado por si el me culpa por lo que ha pasado o por si me guarda algún rencor.

-¿Estas bien?

-Me he roto el brazo y el pie pero si, por lo demás estoy bien.

Su padre asiente mirándome fijamente.

Puedo ver su cara llena de cansancio y desesperación.

Su voz suena rota y triste cuando habla.

Aunque intenta taparla con un tonto normal pero aún así es notable.

-¿Ella como estás?

Desvía la mirada hacía Leah y se sienta en el sillón.

-No ha recuperado la consciencia, ha tenido varias contusiones leves pero debería haberse despertado ya.

Ambos nos quedamos callados mirándola mientras esta dormida.

Suelto un suspiro y no puedo evitar ponerme a llorar.

Por un momento su padre no se da cuenta pero acaba viéndome.

Se acerca y me abraza.

-Se que te duele tanto como a nosotros, pero acabará saliendo de esta Shawn. No te preocupes.

Dice mientras me acaricia la espalda en símbolo de consolación.

-Debería irme antes de que mi padre se de cuenta de que me he ido.

Digo y el asiente.

-Mañana me acercaré a hablar con el.

Asiento y salgo de la habitación.

Circulo por el pasillo hasta llegar a la habitación.

Mi padre sigue dormido así que puedo meterme en la cama tranquilamente sin que el se de cuenta.

Tardo horas en dormirme sin dejar de pensar en la posibilidad de que Leah no despierte nunca.

A la mañana siguiente me despierto con cualquier ruido leve.

Mi padre esta hablando con John el padre de Leah fuera de la habitación.

Les veo por la gran cristalera que hay a un lado de esta.

Durante tres días voy a ver a Leah por las noches.

Le hablo y le cuento que tal ha ido mi día.

Aunque en el hospital tampoco es que haga gran cosa.

Mi hermana ha venido a verla también y hemos estado hablándole.

Siempre cruzo la puerta esperando encontrármela despierta aunque nunca es así.

Los médicos me han dicho que en menos de una semana me darán el alta pero no quiero irme a casa sabiendo que ella aún no ha despertado.

Aunque luego se despierte y yo venga a verla todos los días.

Quiero que se despierte ya.

Estoy histérico por que despierte y decirle cuanto la he echado de menos.

"El chico de intercambio" Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora