Capítulo 2 - Convenciendo a papá

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Narra Rym

– ¡ONE DIRECTION VENDRÁN A BARCELONA! –entra mi hermana saltando de felicidad. Ya sabía yo que se acabaría enterando tarde o temprano… Pongo mi mejor cara y le digo:

– ¿En serio? Me alegro mucho –Mentira. No me molesta,  pero no me interesa lo más mínimo. Y no me gustaría tener que ir a alguno de sus conciertos.

– Harán un concierto en el estadio, madre mía, ¡Dios, me va dar algo! –Empieza a dar vueltas como una loca por la habitación. Entonces, frena en seco y me dice. –Le diré a papá que me compre las entradas. ¡No me puede decir que no! –continua mientras le caen lagrimillas de la emoción. Realmente le gusta el grupo. 

– Seguro que vas, ya lo verás. –Papá nos consigue todo lo que queremos, así que una simple entrada para un concierto le tendría que ser muy fácil. Además, no estamos malcriadas. Mama nos enseñó a valorar cuánto cuesta ganarse el pan de cada día, y no solemos excedernos en pedir cosas inútiles. – Pero antes le vas a tener que informar de todo: horario, precio, situación del estadio…

– ¡Voy a decírselo! – dice toda ilusionada y sale corriendo de la habitación.

Me sorprende la energía que derrocha cuando escucha el nombre de One Direction. Normalmente tiene mucha energía que ilumina este hotel, pero cuando descubrió el grupo fue como una explosión directa.

Me siento en el escritorio, pongo mi música con los altavoces, pero antes de poder poner la música en marcha vuelve a entrar en la habitación Mics:

– ¿Sabes donde esta papá?- yo me rio, siempre va despistada.

– En recepción, la parte de atrás, ya sabes.

– ¡Gracias! –Dice mientras se da con la mano en la frente en un gesto de “ostras, que mala memoria tengo” y vuelve a salir pitando.

Sinceramente, no lo entiendo. No entiendo el simple hecho de que un grupo de música haga que tantas chicas caigan a sus pies y que hagan que solo se centren en ellos, con el montón de grupos que hay y muy buenos… pero bueno, es lo que tiene la fama, un día se gana y otro se pierde. Yo me quedo con mis grupos alternativos, que nadie conoce y que siempre se mantendrán en el anonimato (por suerte o por desgracia). 

Como diría mi hermana: soy una aficionada hipster.

Narra Mics

Busco los detalles del concierto, que se va hacer al estadio de no-se-donde, pero es en  Montjuic. Los precios de las entradas varían un poco, pero la venta de entradas empieza a partir de pasado mañana, así que si mi padre esta de mala leche tengo un día de margen para convencerlo.

Las entradas no son caras, pero todo depende de donde quieras estar, si en la grada, a primera fila o vete tú a saber dónde. Imprimo la información y cierro la doble puerta. Mi hermana ha disimulado muy bien, pero yo sé bien que no le gusta One Direction (más bien dicho, no los soporta). Se agradece, pero, que muestre un poco de interés. 

Si soy sincera, yo tampoco sé como he llegado al extremo tan febril. Nunca antes me había pasado. Soy una persona escéptica. Al principio me reía de Clara, una de las primeras “infectadas” por One Direction. Me parecía absurdo que viniera con los ojos brillantes cuando escuchaba sus canciones y que no pudiera evitar reírse cuando salían ellos en el tema de conversación. Fantaseaba con poder verlos, aunque yo al principio le aguaba la fiesta diciendo que era muy improbable que los conociera alguna vez en persona. Así que ella hizo una promesa: me iba a convertir en una Directioner. 

El tiempo exacto en que lo consiguió fue el tiempo en que tardé en escuchar la voz de Louis y Niall en “Moments” y parte del primer álbum “Up All Night”. Supongo que fui una presa fácil. Clara me inició en el término “Directioner” y lo primero que hice fue tragarme todos los videodiarios. Fui presa fácil, supongo.

¡Bienvenidos a Barcelona!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora