Capítulo 36: Una nueva vida

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Capítulo 36: Una nueva vida


Diez años después.


—¡Itachi, Orochimaru! —gritó Sasuke desde el pie de las escaleras—. ¡Llegaremos tarde, apuren!

Sasuke suspiró y, sabiendo que no bajarían al instante, fue nuevamente hacia el espejo de pie que estaba en la esquina de la escalera para mirarse. Vestía un elegante traje de gala negro con una camisa blanca debajo y un moño negro bastante ajustado a su cuello. Su cabello lacio caía sobre su ojo izquierdo, tal y como lo había llevado durante mucho tiempo.

Ya era un adulto de treinta años y como tal, había adquirido un aire de seguridad y madurez en su mirada, convirtiéndola en una más amable y agradable. Aunque su rostro seguía siendo agraciado y atractivo, había dejado atrás la juventud de un muchacho para dar paso a la virilidad de un hombre. Sus rasgos habían madurado, con una mandíbula más cuadrada y unos ojos centrados que acentuaban una mirada penetrante e intensa. Así mismo, las huellas de pequeñas líneas de expresión debajo de sus ojos y boca demostraban el paso del tiempo y que, aun así, Sasuke seguía siendo muy atractivo hasta el punto de estar en encuestas de ranking sobre los hombres más apuestos del mundo y ganar el primer puesto.

Esa noche, se celebraba la gala de premios de música, y Sasuke estaba nominado como uno de los mejores cantantes del año, compartiendo la nominación con figuras tan famosas como su mejor amigo, Naruto Uzumaki y otros artistas destacados. Sin embargo, para él, ganar el premio no era su principal motivación. Su mayor satisfacción provenía de poder transmitir sus canciones, especialmente las letras que él mismo escribía, y lograr que las personas sintieran lo mismo que él al interpretarlas.

Lo único malo de que sus canciones fueran famosas, era que él también lo era: hacía bastante tiempo que Sasuke había dejado el anonimato y se había convertido en una celebridad. Apenas podía salir a la calle sin que los fans lo detuvieran a cada instante para pedirle fotos, autógrafos o simplemente para intentar tocarlo o abrazarlo sin su consentimiento, pero lo peor de la fama no eran los fans, ya que sin ellos Sasuke no sería nadie, sino los paparazis. Para Sasuke, estos eran una auténtica pesadilla. Se colaban en cada rincón de su vida privada, como sombras persistentes que lo acosaban en busca de la foto perfecta para ellos, y para Sasuke una humillante. No había lugar seguro ni momento íntimo que no estuviera amenazado por sus cámaras indiscretas, salvo escasos lugares y claramente, en su casa.

Se acomodó el traje de esmoquin negro y la camisa blanca que tenía debajo, pensando nuevamente si estaba bien el traje que su modista le había elegido para la gala. Imaginaba que, si a la prensa no le gustaba, estaría en las noticias una buena temporada como una de las peores vestimentas de la gala. Bueno, ya era tarde para lamentarse y su modista le había asegurado que este atuendo iba a ser el habla de todos para bien.

Sasuke se acercó al pie de la escalera, perdiendo su paciencia al ver en el reloj de la pared que, si no se apresuraban, llegarían tarde.

—¡Itachi, Orochimaru! —volvió a gritar Sasuke—. ¡Subiré en diez minutos si aún no bajan!

—¡Ya, ya estamos!

Sasuke miró hacia arriba de las enormes y elegantes escaleras de mármol blanco. Dos niños descendían de dos en dos las escaleras. El primero era más alto y sus ojos eran dorados, se llamaba Orochimaru. El segundo se llamaba Itachi y era más pequeño, y su rostro, enojado casi al llanto, le hizo sospechar a Sasuke que su hermano mayor, Orochimaru, lo acababa de molestar. Ambos eran hijos de Sasuke.

—¿Qué pasó, Itachi? —quiso saber Sasuke inclinándose hacia su hijo menor—. ¿Acaso Orochimaru te molestó?

Itachi infló las mejillas con indignación, pero fue Orochimaru quién le respondió.

Fama o hermandad (Itasasu) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora