CAPITULO 41

25 4 0
                                    

Los invitados empezaron a llegar a Arife para presenciar la unión entre el duque Lennox y su doncel Nolan. Quedaba menos de una semana para que esa unión se volviera más firme. Nolan se sentía nervioso no solo por la unión con el duque, no le importaba los invitados o el vestido, era algo con lo que debía vivir, el duque era alguien importante, no sería una simple boda.

Sus últimas clases se centraron en cómo debía actuar para ofrecerle placer al duque y que poses eran las indicadas para quedarse en estado. La señorita Vivianne fue cambiada por quien se convertiría su matrona, la señora Aurora, Nolan escucho como ella ayudo a la señora Edlynne en el parte de Lennox y Evangeline, en ningún momento hablo de Layton. Layton era como un gran tabú en la familia Edevane.

El doctor Wilhmer, acompañado por los ancianos hablaron durante horas con el doncel, la presencia del duque no era necesaria, así que Lennox no se presentó en aquel lugar. Katara le recordó que no podía negarse al tratamiento al que lo iban a someter, ya que era una decisión que habían tomado incluso antes de que llegara. Nolan tendría que someterse a él, después de la noche de bodas y su pequeña excursión con Lennox a Borsir. Tan solo podría mantener relaciones con el duque una vez antes del tratamiento. No sabía si alegrarse o no, aquel tema era algo que no le llamaba demasiado la atención.

Tras la explicación del doctor, Zuko le empezó a dar indicaciones de cómo debía dirigirse a los guardianes a partir de aquel momento, ya que no le iban a permitir que hablara con tanta naturalidad con ellos. Si decidía que Pietro debía seguir siendo su guardián, a partir de aquel momento tan solo se permitiría estar con él cuando el duque no se encontrará a su lado, en caso de necesitarlo debería avisar directamente a su esposo.

-El guardián Pietro Fiore se convertiría en un guardián de alto rango en el momento en el que te cases con el duque. – Nolan asintió, ya lo sabía, se había asegurado de que así fuera. – Eso significa que ya no será considerado como un simple guardián. Pietro seguirá en nuestra mira, cualquier acción que haga en contra las normas, será severamente castigada, incluso con su expulsión, en el mejor de los casos. – sonrió Zuko. – Tu guardián, no es uno en el que confíe demasiado, sus resultados siempre han sido deficientes, aún sigo sin entender porque el duque quiso ponerlo bajo tu cuidado.

-Le puedo asegurar que mi guardián, es tan bueno como cualquier otro, me ofende la manera que tiene al hablar con él. – respondió Nolan algo molesto. – Sería una osadía de mi parte pedirle que se disculpe, así que no lo haré, eso no significa que pueda volver a hablar de con esa facilidad.

-Como doncel, siempre te quedarás detrás de tu esposo. – sonrió Zuko. – Tan solo tendrás un pequeño título, aún no estás absuelto de absolutamente nada, incluso tu futuro hijo tendrá más poder que vos. – Nolan no aparto la mirada. – Eres meramente la sombra del duque.

-Tendré más poder que vosotros después de casarme. – los ancianos rieron. – He leído todo lo que me pertenece por el simple hecho de dormir con el duque, no soy un doncel ignorante como vosotros pensáis. Voy a proteger mi papel.

-Conoces las historias de los anteriores donceles ¿verdad? – Nolan asintió. – No las olvides y te conviertas en un hombre osado.

Al salir de la habitación, Nolan miro hacia atrás, no iba permitir que se salieran con la suya tan fácilmente, que consiguieran que tome el tratamiento, no significa que les dejaría decidir sobre lo demás con tanta facilidad. No había pensado como lo haría, pero sabía que quedarse callado ni era una opción en aquel momento.

Pietro lo esperaba tensó en el pasillo, que no lo dejarán pasar al lugar era un mal presagio para él, temía que los ancianos hubieran obligado a Nolan a desprenderse de él, o a elegir a otro guardián para que lo protegiera. Siempre ha sabido que sus habilidades físicas no eran las que buscaban en palacio, y su inteligencia no era igual que la de su compañero Drystan, en más de una ocasión le tuvo que pedir ayuda para comprender alguna lección.

¡Maldito, pequeño doncel!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora