Actitudes extrañas

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Al día siguiente volvimos a Baker Street.

Cuando Sherlock entró en el piso comenzó a inspeccionar todos los rincones, parecía que no recordaba lo que había en su propia casa.
-Todo está como lo dejaste Sherlock- dijo la señora Hudson -¿Te encuentras bien?-
-Si- dijo sonriendo sentándose en mi sofá -perfectamente-
-Sherlock...- dije seria -ese es mi sofá el tuyo es el otro-
-Ou- dijo cambiándose de sitio -debo seguir dormido aún-
-¿Quieres que te traiga un té?- dijo la señora Hudson.
-Si- dijo leyendo el periódico.

LA señora Hudson se fue y él y yo nos quedamos solos.
No podía dejar de observarle aunque su rostro estuviese cubierto por el periódico, aquel no era Sherlock y estaba completamente segura.
-¿Quieres dejar de mirarme?- dijo Sherlock.
-¿Te molesta?- dije con una sonrisa ladeada.
-No- dijo él -pero me incomodas, pareces una psicópata-
-Voy a darme una ducha- dije levantándome del asiento.

Sherlock rápidamente cerró el periódico y se levantó a la velocidad de la luz.
-¿Puedo acompañarte?- dijo con una sonrisa pícara en su rostro.
-No- dije seria -deberías informar a tu hermano de que hemos vuelto-
-No creo- dijo con una sonrisa ladeada -y deberías de cogerle el teléfono a tu hermana-

De pronto mi móvil comenzó a sonar y ví que era mi hermana.
Aquello me aterrorizó ¿Desde cuando sherlock sabía quién me iba a llamar?.
Subí a mi habitación y cerré la puerta con pestillo para que Sherlock no entrase.
-Dime Grace- dije frotándome la frente.
-ME enteré de lo de anoche- dijo ella preocupada -¿Estás bien?-
-Si- dije -John y yo estamos bien-
-¿Y Sherlock?- dijo ella -¿Qué le pasa?-
-Está muy raro- dije susurrando -hace cosas extrañas y se comporta de una forma totalmente distinta a la de antes-
-Esta tarde pasaré a recogerte con Roger- dijo ella -podremos charlar tranquilamente en mi apartamento-
-Está bien- dije suspirando -te veré luego-
-Adiós querida hermana- dijo ella antes de colgar.

Fui al baño y me metí en la ducha tranquilamente olvidándome de todo.
Lo extraño era que me sentía observada y no había nadie más en aquella habitación.
Cuando terminé de ducharme, me puse uno de mis conjuntos habituales de pantalón negro y camisa para luego bajar al salón.
Sherlock estaba en su baño y podían escucharse gemidos, lo que me hizo reír.

Fui a la cocina y me puse a hacer experimentos para distraerme y mantener a mi mente inquieta ocupada.
Cuando Holmes entró sus mejillas estaban muy rojas y algunas gotas de sudor invadían su frente.
-¿Te has quedado a gusto?- dije con una risilla.
-¿Qué?- dijo él agarrando algunas cosas para experimentar.
-Sabes de que hablo- dije -te estabas masturbando, pude escuchar tus gemidos. Aunque los de anoche fueron mejores-
-¿No sabes que es de mala educación espiar?- dijo él agarrando mi cintura por detrás y susurrando en mi oreja para morderla después -voy a tener que castigarte-
-No es necesario- dije riendo -tus gemidos se escuchaban a kilómetros de distancia-
-Tenemos que repetir lo de anoche preciosa- dijo él para morder mi labio inferior -no es lo mismo cuando me lo hago yo-
-Olvídate- dije seria separándome -aquello fue por el cansancio. No sabía lo que hacía-
-Por supuesto que lo sabías linda- dijo acariciando suavemente mi cuello con sus manos.
-Tú como lo sabes- dije seria.
-Porque te tomé el pulso- dijo susurrando en mi oído -acelerado, pupilas dilatadas, respiración agitada...-

Aquello me hizo sonrojar y el sonrió con una de sus sonrisas ladeadas.
Poco a poco se fue acercando a mí y sus labios se unieron con los míos en un intenso beso que duró unos minutos.
ME separé por falta de aire y me aparté dandole la espalda.
-Vamos- dijo él tomando mi mano -sé que te gusto-
-No, No- dije seria -esto está mal Sherlock. Somos compañeros esto no puede suceder-
-Claro que puede pasar- dijo él Tomando mi cintura entre sus fuertes manos -no puedo resistirme a tus encantos-
-Por favor- dije separándole asqueada -este no eres tú Sherlock ¿Qué coño te está pasando?-
-PAsa- dijo él suspirando -que estoy enamorado de ti desde que llegaste aquí-
-No te creo- dije seria.
-No te lo creas- dijo él -pero yo sé que es cierto y créeme que no voy a descansar hasta que estés rendida a mis pies-
-Olvídate- dije mirando mi teléfono cuando vibró -me tengo que ir, Grace me espera abajo-

Agarré mis cosas y bajé a la calle donde Grace me esperaba en su coche de cristales tintados.
Me subí cuando Roger nos abrió la puerta y suspiré.
No tardamos mucho en llegar a su apartamento, el cual estaba muy cerca del club Diogenes.
Estaba en la última planta de un enorme bloque de pisos y tenía unas hermosas vistas de la ciudad.
Era muy amplio, con muebles muy modernos y con mucha iluminación.

ME senté en el enorme sofá de cuero negro y mi hermana me sirvió una copa de vino para luego servirse ella.
-Cuentame todo- dijo Grace -¿Qué pasó anoche?-
-Volví a ver a aquel hombre Grace- dije notando como mis ojos se encharcaban -John estaba arriba y gritaba nuestro nombre, a mí me encerró en una sala y Sherlock se quedó solo en el ala principal-
-Tranquila- dijo ella acariciando mi cabello -¿Que escuchaste?-
-Muchos golpes- dije sollozando -estaba tan asustada que no sé que pasó-
-No voy a presionarte- dijo ella -¿Qué pasó cuando saliste de la sala pequeña?-
-Sherlock estaba en el suelo- dije -estaba muy malherido por lo que John llamó a una ambulancia. Cuando se despertó...
-¿Qué pasa cielo?- dijo al verme pálida.
-No tenía ni un solo rasguño Grace- dije -te juro por Dios que estaba lleno de mordiscos, golpes y arañazos. Incluso tenía el cráneo abierto. Cuando se puso en pie estaba perfectamente-
-Interesante- dijo ella dando un sorbo a su copa.

Continuamos charlando sobre las actitudes que Sherlock tenía desde aquella noche.
Ella también dijo que era muy extraño que se comportase así y me pidió que le manuviese vigilado para prevenir que pasase algo malo.

El caso 666: El hogar del Diablo (Sherlock Holmes y Tú) [Demonlock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora