Desastre (Parte II)

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Corrí, corrí directo al sitio de dónde provenian las explosiones. Corrí entre edificios pasando por las zonas menos "protegidas" en donde vivian algunos ciudadanos. Eran el mismo tipo de callejones en donde alguna vez llegue a pelear junto a mi Kohai, con excepción de que está vez, de estás emergían personas.

-¿P-Pero que?

Cuál multitud, corrían pasando por un lado del joven héroe, golpeandolo y empujando su cuerpo contal de abrirse camino delante de el. La razón de su huida era clara, conforme se acercaba más el héroe, la explosiónes que retumbaban y sacudían el suelo se hacían cada vez más intensas.

El sonido generado por cada onda resonaba más fuerte conforme se acercaba, mientras la luz generada por estás era cada vez más intensa.

El héroe apretó su paso preocupado. Sus puños se encontraban cerrados con gran fuerza, pero su rostro contrario a lo que sentía, parecía reflejar calma.

La mente del chico se encontraba lleno de incontables escenarios sobre que podría estar sucediendo, pero su poca imaginación lo limitaba. Solo sabía que algo o alguien debía estar causando ese alboroto, y sea quien fuera lo encontraría más adelante...

Corria veloz, atravesando lo más rápido que pude un pasillo cerrado generado por dos edificios, el cuál tras su largo tramo, logro salir de los conductos generados por el callejón, encontrándose en las calles, recibiendo un duro golpe de realidad.

Autos, edificios, casas, locales. Todo se veía destrozado como si un huracán hubiera pasado por la zona.

Habían muchas personas huyendo. El humo se mezclaba con el aire mientras gritaban histéricos ante la situación. No era uno, o un par, eran decenas de ellos, corrían sin parar como pollos sin cabeza, chocando, y empujándose entre si, había incluso personas pasando por encima de otras contal de abrirse paso y alejarse, y la causa, era un hombre parado justo en frente de mi.

-¡¡¡MÁS, QUIERO MAS...!!!

Era enorme, media aproximadamente un metro noventa con un cuerpo moderadamente formido. Su ropa era una pieza de color naranja abierta por la zona del torzo, guindando como si hubiera amarrado una chaqueta a su cintura, mientras portaba una franelilla.

Habían muchas cosas extrañas sobre el, como su rostro cubierto de cicatrices, o su inquietante sonrisa, pero de todo lo dicho, había un hecho que lo resaltaba. Era el sonido de un golpe seco que provenia del movimiento de sus manos.

Prack Prack Prack.

El protagonista de aquel ruido era un auto, que se encontraba en un horrendo estado, las abolladuras que tenía, junto a las zonas de donde el aceite y gasolinas se filtraban. Daba la impresión de que en cualquier momento estaria estallaria. El humo salía sin parar del capo del auto, pero eso no detuvo al hombre de continuar golpeando un objeto contra ese carro, ese...

El héroe miro detenidamente al hombre, y al objeto que sostenía, notando que este no se limitaba a ser solo una simple esfera. Era algo alargado y de un color opaco, casi negro, con algunos tintes rojisos.

Parecía ser...

-¿Q-Que está...?

-¿AHH

El sujeto volteo al escuchar la voz del héroe, escaneandolo de arriba hacia abajo antes de sonreír y comenzar a caminar hacia el.

Algo en su expresión alarmaba al rubio, quien no dudo un segundo en asegurarse que todos los presentes se hubieran ido de la zona de peligro.

-¡¡Todos, larguese rápido de aquí!!

Los pocos que permanecian atónitos por el miedo reaccionaron con una mirada nerviosa ante su grito. Debían estar en shock por cuáles fuera que fuera la causa, así que el héroe debía darles un estimulo más fuerte que el miedo.

Por mas que me esfuece... Lo lograre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora