3: "Tentación"

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Nayeon frunció el entrecejo levantándose del sofá, caminó hacia el baño y golpeó la puerta

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Nayeon frunció el entrecejo levantándose del sofá, caminó hacia el baño y golpeó la puerta. 

—¿Jeongyeon-ssi? ¿Cariño, estás bien? —Preguntó dando un respingo, con preocupación por todo lo que había sucedido en ese pequeño lapso de tiempo.

Nayeon sabía que se dejó corromper por aquel tonto impulso y ya no habría vuelta atrás. 

¿Cómo había sido capaz? Se preguntó nuevamente, aún asombrada de lo que había sucedido. Jamás había sido tan osada, pero el repentino e inexplicable deseo que recorrió en su interior cuando percibió sus suaves labios tan cerca, y después el modo tan espontáneo en el que había correspondido a su impulso, la cegaron por un momento. Rayos, no podía decir que se arrepentía en lo absoluto, porque no era capaz de ser deshonesta consigo misma. Jeongyeon era una mujer tan sencilla, sensible y atractiva a la vez, y toda aquella fusión la hacía irresistible a sus ojos, a su mente, a su piel.

Jeongyeon sintió los nervios aumentar en su interior cuando oyó la voz de la profesional. No estaba para nada bien, estaba muy abrumada por todo lo sucedido. ¿Desde cuándo era capaz de engañar a Hansol? ¿Desde cuándo se excitaba con su terapeuta, con la cual había comenzado una amistad? La realidad golpeó a su puerta de forma violenta esa madrugada de domingo. ¿Y desde cuándo le gustaban las mujeres? ¿Hacía mucho tiempo de eso? ¿Había estado reprimiendo aquello o era una novedad?

Se halló en el espejo y no reconoció en lo absoluto a la mujer que la veía de regreso, esta era muy diferente a la versión de ella misma que conocía y con la que peleaba a diario. Se corrió el cabello hacia un lado, inhaló y exhaló, nerviosamente. 

—Si, si —Se remojó las mejillas sonrojadas y respiró profundo, dándose un último vistazo. 

—Oye... —Tragó saliva, apoyando el hombro junto al marco —No te preocupes por-por lo que pasó... solo fue un beso —Nayeon sonrió de costado intentando aminorar su interior turbulento y en vano esfuerzo, por intentarlo con la mujer en el otro lado de la habitación.

No había sido solo un beso, había descubierto una pasión irreconocible al perseguir y quebrantar las líneas y las fronteras con Yoo Jeongyeon, eso no se oía para nada como un simple y ordinario beso.

La pelicorta abrió la puerta cuando supuso que tendría la fuerza para enfrentarse a ella.

Nayeon la recorrió sin pudor como al inicio en su llegada, pero Jeongyeon pudo identificar perfectamente lo que escondía la admiración en sus ojos esta vez, ¿Acaso no debería sentir repulsión ante su atrevimiento? ¿Por qué rayos se sentía tan halagada de tener sus ojos sobre ella? ¿Por qué deseaba que la siguiera viendo durante horas? ¿Por qué su estómago se comprimía de gusto ante esa idea? Jeongyeon se masajeó la sien, las preguntas descaradas de su yo interno casi provocan que se tambalee de impresión.

—No te preocupes Jeongyeon, todo está bien... —Musitó la rubia con su característica seguridad, aunque el expresar desesperado en su mirada no acompañara sus palabras.

𝑫𝒐𝒏' 𝒕 𝑩𝒍𝒂𝒎𝒆 𝑴𝒆 ୨୧ [2yeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora