Mihrimah estaba en sus aposentos, rodeada de cofres abiertos y baúles repletos de prendas y objetos preciosos. Había ordenado a sus doncellas que prepararan cuidadosamente las mejores telas y vestidos, así como los abrigos de piel más gruesos para enfrentar el clima gélido de Rusia.
Con cada prenda que metía en el equipaje, sentía cómo la emoción por este viaje iba creciendo. Estaba segura de que el cambio de ambiente sería beneficioso, no solo para ella, sino también para su matrimonio con Bali Bey. Quería asegurarse de que todo fuera perfecto, incluso el detalle de los amuletos de la suerte y los recuerdos de sus seres queridos, que colocó en un pequeño cofre de madera que guardaba en el fondo de su maleta.
── Lleven los libros también ── ordenó a sus sirvientas. ── Especialmente los de poesía persa y los relatos sobre tierras lejanas. Los viajes empiezan primero en la imaginación, y quiero que este sea especial.
Una de las doncellas, más joven, la miró con curiosidad y se atrevió a preguntar:
── ¿Será un largo viaje, mi Sultana?
Mihrimah sonrió, dejando que un pequeño destello de ilusión cruzara su rostro.
── Lo suficiente para permitirnos olvidar las preocupaciones del palacio ── respondió, mientras doblaba una prenda de seda bordada en oro.
Mientras observaba el equipaje que iba tomando forma, Mihrimah se sintió envuelta en una mezcla de nostalgia y esperanza. Sabía que la rutina y las sombras del palacio podían llegar a ser opresivas, pero un viaje hacia lo desconocido traía consigo la promesa de algo nuevo, tal vez incluso la paz que tanto anhelaba en su vida con Bali Bey.
Mihrimah suspiró mientras observaba las telas de terciopelo y seda que iba colocando en su equipaje. Con cada prenda que guardaba, la idea de llevar a Bali Bey con ella se hacía más fuerte. Quizá, lejos del palacio, podrían encontrar un espacio para el amor y la paz que tanto anhelaba.
Justo en ese momento, una sombra se reflejó en el umbral de la puerta, y al girarse, vio a Bali Bey entrando en la habitación. Una sonrisa se dibujó en sus labios y, sin decir palabra, se acercó a él y le dio un suave beso en la mejilla. Bali Bey pareció sorprendido por el gesto, y aunque intentó disimular su incomodidad, sus ojos reflejaron un leve desconcierto.
── Mihrimah, ¿por qué estás empacando? ── preguntó, tratando de sonar casual mientras miraba los cofres abiertos.
Mihrimah, aún sonriendo, acomodó un último vestido en uno de los baúles antes de responder.
── Quiero que vayamos a Rusia, Bali Bey. He escuchado tantas maravillas sobre sus tierras... Quiero explorar y respirar nuevos aires ── explicó con un brillo en los ojos. ── ¿Vendrás conmigo?
Bali Bey mantuvo el silencio un instante, y mientras veía los preparativos, en su mente cruzó un pensamiento tentador: si Mihrimah se iba sola, él podría pasar más tiempo con Sofia, sin temer que alguien los sorprendiera. La idea le resultaba más atractiva que un viaje al lado de la hija de Suleiman.
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𝖬𝗒 𝗌𝗍𝗎𝗉𝗂𝖽 𝗁𝖾𝖺𝗋𝗍|| 𝐌𝐢𝐡𝐫𝐢𝐦𝐚𝐡
Fanfiction¿De que le había servido que Bali Bey se casase con ella? De nada, todo aquella ilusión se esfumo. Junto a su inocencia y su juventud. Aquella niña que soñaba con ser su esposa, ya no existía, pues había desaparecido junto con cualquier otro sueño. ...