Aquino servía para unos señores, siendo así su criado, estos señores lo trataban de la peor manera al de ojos color miel aunque a este no le importaba mucho como lo trataban, simplemente ignoraba los comentarios que aquellos señores le daban, de hecho, les tiene un poco de agradecimiento por haberlo acogido en su casa cuando él no tenía nada, de una o otra forma tenía que pagar por lo que hicieron ellos."Necesito que te encargues de limpiar cada rincón de la casa para hoy, quiero llegar y ver la casa limpiecita."
Y así era cada día, para Aquino nunca había un día en que pueda descansar a excepción de las noches, cada noche amaba ver la luna y las estrellas, amaba ver el cielo de noche, amaba la luz de la luna que posaba en su ventana.
- "Algún día voy a empezar a vivir mi vida, lejos de aquí." - dijo el ojimiel para comenzar a dormir, Aquino dormía en el último piso de la casa, en una pequeña habitación, estaba un tanto descuidada pero al menos tenía una aunque no era la mejor lo bueno es que tiene un lugar donde poder dormir que no sea el suelo.En la mañana Aquino se encontraba levantándose, iba a ser la misma rutina de siempre, nada nuevo para él, levantarse, preparar el desayuno, limpiar, preparar el almuerzo, limpiar, preparar la cena, limpiar y por último dormir, su día a día. Para Aquino no había un día distinto, todos los días eran lo mismo, ya se había acostumbrado ha aquello así que no se le hacía problema.
Aquino se encontraba en la cocina lavando los trastes que utilizo para poder hacerle el desayuno a aquellos señores, unas tostadas francesas con fresas junto con un café y huevos a la francesa, no era el mejor cocinando pero lo intentaba. Cuando ya terminó empezó a escuchar unos gritos, se dirigió hacia la puerta del comedor y entro.
- ¡Diego! - grito un señor de cabello negro largo, se trataba de su amo y junto a él se encontraba su esposa una señora de cabello rubio, aquellos señores eran para quienes servía Aquino. -- Necesito que vayas para el pueblo, mi esposa necesita algunas cosas, ella te va a decir que es lo que tienes que comprar, ¿entendido? -
- Sí, mi señor. - con eso el señor se retiró del cuarto donde se encontraban desayunando, el ojimiel se dirige hacia donde estaba la esposa de su amo. - Bien, ya escuchaste a mi esposo, te voy a hacer una lista de las cosas que necesito, quiero que te apures, si llegas tarde te va a ir muy mal, ya lo sabes. -
Aquino solo pudo asentir hacia las palabras de la señora, no podía hacer nada, llevo los platos hacia la cocina para poder lavarlos así para luego caminar hacia la puerta para salir de la casa e ir hacia el pueblo.
El pueblo de allí era ni tan grande ni tan pequeño, la gente de ahí siempre seguían una rutina, no les gustaba lo nuevo y lo extraño, de hecho lo odiaban.
Mientras caminaba por el pueblo vio a mucha multitud de gente rodeada en el centro, se acercó para ver qué era lo que pasaba hasta que escucho como gritaban:"El rey está organizando un baile real para el príncipe Estailus, todos están invitados al gran baile real de hoy en el castillo, ¡traigan sus mejores prendas!"
--¿El príncipe? - susurro Aquino, hace tiempo que el rey no hacía un baile real o un evento con el pueblo, le llamaba un poco la atención aquel baile, bueno, igualmente no podría ir, nunca le darían permiso, además no tiene ni siquiera buena vestimenta por más que quisiera, solo tenía viejos trapos sucios. Seguía comprando las cosas que aquella señora le pidió y escuchaba como varias jovencitas decían cosas acerca de aquel príncipe y el baile.
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Enchanted | Estaquino - One Shot.
RomanceAmor, era lo que sentían dos chicos pero, había una gran diferencia entre ellos dos, uno era un príncipe y el otro... solo era un simple sirviente.