Tn Potter: la serpiente perdida

Capítulo 33

NARRA TN:

Sin duda lo que me topé al despertar no era el panorama que me esperaba.

Draco y yo nos habíamos quedado dormidos hasta tarde otra vez y cuando nos despertamos el desayuno ya había empezado. Pero eso no era lo peor.

Nos habían despertado.

Abrí los ojos chocándome con la visión de Harry sonriéndome.

-¡Feliz San Valentín! -exclamó y me tendió un regalo.

Parpadeé procesando la información. Miré a mi alrededor y vi a Mattheo al otro lado de la cama mirando a Draco dormir con burla. Cuando sus ojos se centraron en mí me miró con inocencia.

-¿Estáis aquí? -pregunté aún medio adormilada.

-Fui a buscarte a tu habitación, pero no estabas, así que pensamos que estarías aquí -explicó Harry -. Y parece ser que vosotros dos ya celebrásteis San Valentín antes de tiempo. -Harry sonrió con picardía.

Fruncí el ceño.

-Theo... creo que lo escuché decir que hoy es San Valentín -dije frotándome un ojo.

-Harry, amor. Creo que es mejor que nos marchemos antes de que termine de procesar su existencia y en consecuencia perdamos la nuestra -sugirió Mattheo acercándose a su novio y cogiendo el regalo que portaba para dejarlo en la cama sobre mi regazo -. Despierta a Draco, os esperamos a los dos abajo en la sala común. Y daos prisa, el desayuno está a punto de comenzar y no debéis perdéroslo.

Cerraron la puerta al salir y volví a mirar a mi alrededor confundida.

Luego los recuerdos vinieron a mí.

-¡Mierda, Mattheo! -exclamé furiosa haciendo saltar de golpe a Draco.

-¿Tn, que mierda...?

-¡Voy a matarlo!

-Al menos espérate a que me despierte para hacerlo, ¿quieres? Qué suplicio...

Dijo e intentó regresar a dormir. No le dejé y lo saqué de debajo de las sábanas obligándole a vestirse.

-¿Qué día es hoy? -preguntó mientras subíamos las escaleras a la sala común.

-Viernes.

-¡Espera! -me detuvo agarrándome de la mano-. Es cierto, no me acordaba. Tn, yo quería...

-Ahora no es momento, Draco -aseguré tirando de él para seguir caminando -. A tu primo le apreció divertido meter a Harry en tu habitación mientras dormíamos los dos juntos y voy a matarlo.

-¿Qué? ¿Harry ha estado en mi habitación?

Llegamos a la sala común.

-¿Se puede saber porqué os metéis en habitaciones agenas? -pregunté enfadada. La pareja nos miró y miró nuestras manos. Ahí recordé que no nos habíamos soltado después de que Draco hubiera intentado pararme a mitad de camino.

Nos soltamos y Mattheo me miró sujerentemente.

-¿Os sirvió mi regalo de Navidad? -preguntó fingiendo tranquilidad.

Ay, yo lo mato.

-¿Le regalaste algo por Navidad, amor? ¿El qué? -se metió Harry.

-Eso, amor. ¿Qué le regalaste? -preguntó Draco alzando una ceja acusatoriamente.

-Nada, no me regaló nada -aseguré tirando de Draco nuevamente -. Vamos ya al Gran Comedor, tengo hambre.

Fuimos en silencio. No había nadie por los pasillos. Todo estaba extrañamente en silencio.