Capítulo 37

396 27 5
                                    

NARRA TN:

Había algo en mis transformaciones. Mattheo había asegurado que lo que tenía era la habilidad de Delphini como animaga, pero sin duda estas cosas no le pasaban a un animago cualquiera.

Desde aquella noche de San Valentín, Draco me había confesado que tenía sueños exageradamente apasionado y que creía que se debía a mi veneno, ya que ello también provocó el extremo placer que sentimos durante el orgasmo. Después de dos semanas, las venas negras se habían desvanecido casi por completo, y aunque los sueños de Draco fueron relajándose y desapareciendo, la marca de mis colmillos seguía ahí, tan rojiza como el primer día, y se había cerrado dejando dos puntos de piel cicatrizada y negruzca.

Y si todo eso no era lo suficientemente extraño, para colmo Draco cayó enfermo en cuanto el veneno desapareció visiblemente. La zona de la mordida se le hinchó ligeramente y le dolía muchísimo.

Fuimos enseguida donde Mattheo. Él no era más experto que nosotros, pero un par de ojos extra no venían mal.

-¿Repíteme los síntomas? -pidió mirando de brazos cruzados, en medio de su estudio, al chico sentado sobre su escritorio.

-La herida se le ha hinchado y la zona está muy sensible al contacto. Además, no para de vomitar y comer como cerdo y volver a vomitar... -expliqué por encima. Draco me miró mal por mi forma de expresar sus síntomas.

-¿Y dices que es a causa del veneno que le pasaste cuando...?

Suspiré.

-Cuando llegamos al orgasmo, sí. -Draco se sonrojó ligeramente y yo desvié la mirada de mi hermano. No me hacía gracia hablar de esto con Theo si estaba Draco delante.

-¿Habéis estudiado a los basiliscos en Cuidado de Criaturas Mágicas? -preguntó, sacándonos de onda al hurón y a mí.

-Si te refieres a que podría ser veneno de basilisco, ya descartamos la idea -respondió Draco -. Al menos no era un veneno de basilisco común, porque en ese caso habría muerto a los segundos.

-Los efectos que dio a corto plazo sin duda no eran de veneno de basilisco -obvié. El orgasmo extremo y los sueños húmedos no tenían pinta de pertenecer al pack de efectos secundarios del veneno de serpiente asesina gigante.

-¿Los basiliscos tienen celo, siquiera? -se extrañó Mattheo, mostrándonos cuál era su duda realmente sobre esas criaturas -. Porque que yo sepa, nacen de una gallina y un sapo. ¿Pueden reproducirse entre ellos como para tener celo? ¿Existe siquiera un basilisco macho y hembra?

Ahí nos quedamos en estambay.

-Pero... estoy segura de que fue un celo de basilisco -murmuré, empezando a dudar de mi instinto.

-No me malinterpretes -dijo Mattheo -. Yo también lo creo. Al fin y al cabo, la forma animaga original de Delphini era la de un basilisco, pero como esto podría traerle muchos problemas si papá se enteraba, hizo un ritual para conectarse más con ese trozo de alma que se convierte en animal y consiguió que su lado animal se extendiera tanto que llegó al punto de poder tener una variedad enorme de transformaciones, como tienes tú ahora. 

-¿Entonces Delphini no tuvo esas habilidades desde el principio? -preguntó Draco -. ¿Primero sólo podía transformarse en basilisco?

-Sí, y en uno muy grande, enorme. Ni siquiera cabía en el jardín de la casa -resopló Theo con una sonrisa nostálgica -. Ella estaba muy entrenada para cuando decidió hacer el ritual. Sus capacidades de control de su magia eran exageradas, así que no tuvo problema con el supuesto inconveniente que tenía el ritual de ampliación de su lado animal. Hacer ese ritual era demasiado arriesgado, ya que incluso existe una leyenda muy, muy antigua que tiene la teoría de que los hombres lobo se crearon gracias a ese ritual. Lo que hace es que te conecta tanto con tu lado animal, que corres el riesgo de que este pueda tomar el control de tu cuerpo y darte unas capacidades que un humano no tendría. Tu lengua y colmillos que puedes sacar sin transformar el resto de tu cuerpo, tus ojos, el hecho de que tengas el celo...

-¿Quieres decir que puede que esté perdiendo el control sobre mi lado serpiente que ni siquiera es mío sino que es prestado? -Alcé una deja sintiendo un retortijón en el estómago. Esto tenía pinta de que podría acabar muy mal... Me rasqué el brazo con irritación y Theo notó eso. La verdad era que últimamente cada vez que me inquietaba me picaba la piel con un escozor suave.

Mattheo me sonrió de lado con inocencia, diciendo que no sabía qué contestarme a eso, porque hasta ahora todo eran suposiciones. Aunque tendría lógica, ya que lo que me pasaba se asemejaba a los síntomas de los licántropos: si tenían control sobre su lobo y lo aceptaban en su cuerpo, podían llegar a transformar sólo parte de su ser y también tener sus sentidos desarrollados sin estar transformados. Luego la luna llena los obligaba a transformarse... lo cual encajaba con el ciclo de celo lunar que un lobo común tenía. Ellos perdían el control en su celo igual a como hacía yo.

-Ok, toda esa teoría está muy bien, pero... ¿qué pasa conmigo? -interrumpió Draco mis pensamientos -. Porque, aunque todo lo que digáis sea verdad, lo que me inyectó no se trataba de ningún veneno de basilisco.

-Bueno... -respondió Theo. En su cara vi que tenía otra teoría sobre eso.

-Suéltalo ya, Theo. Vas a hacer que me de algo -le dije, queriendo que no se andara con rodeos.

-No tenemos ni la más remota idea si los basiliscos se pueden reproducir entre sí, pero viendo que tienen celo, lo más probable es que así sea. Si ese es el caso, hay muchísimas posibilidades de que eso que Tn te traspasó cuando se vino fuera... para fertilizarte.

Silencio.

Draco palideció. Se agarró al borde de la mesa con los brazos temblándole y tuve la sensación de que si no estuviera sentado, ya se abría caído.

-¿¡Estoy embarazado!? -chilló con la voz queda.

-No, Draco. Eso es biológicamente imposible -dijo Theo rápidamente -. De hecho, creo que esa es la razón por la que estás así de enfermo.

-Como su cuerpo no puede ser gestado -hablé yo empezando a entender por dónde iba mi hermano -, el... eso... no tiene a dónde ir entonces se queda en tu organismo. Este está reaccionando ante la intrusión desconocida y por eso estás enfermo.

Draco me miró incrédulo, esperando a que le dijera que era broma o algo así.

-Y seguirás estando enfermo hasta que tu cuerpo logre expulsar la intrusión por completo -añadió Mattheo. Draco soltó una risa seca.

-¿Y si mi cuerpo no logra sacarlo?

-Según lo que me habéis contado, el líquido que expulsaste era espeso, ¿no? -Asentí y mi hermano siguió hablando bajo la mirada atenta de Draco y la mía -. La sangre de basilisco también es muy espesa. Supongo yo que como se inyecta intravenosa, entonces lo lógico es que tuviera el mismo espesor para así poder mezclarse bien con la sangre de basilisco. El problema es que la sangre de humano es más líquida, lo que hizo que... am... el semen... no pudiera moverse bien y por eso quedó atascado en sus venas y se le hincharon y volvieron negras. Poco a poco se movilizó, pero ahora que no tiene a dónde ir, debe de estar acumulándose en las venas que llevan la sangre al estómago para hacer la digestión, lo que explicaría que a pesar de tener hambre y comer, tu cuerpo no reciba la sangre que necesita para terminar el proceso y terminas vomitando. 

-O sea, que si mi cuerpo no lo expulsa rápido, moriré de hambre o se me estallará alguna vena o me vendrá un ataque al corazón...

-¿Y-Y si intento sacársela? -ofrecí afligida. Sólo me faltaba que Draco fuera a morir por mi culpa.

(***)

Os juro que no me aguanté la risa escribiendo este capítulo. Tn viniéndose en el cuello de Draco para fertilizarlo... 🤣🤣🤣. Me imaginé a un Draco expulsando un huevo de gallina y teniendo que incubarlo para que saliera su hijo y el de Tn...

Ahora subo la siguiente parte.

Besos en la nariz,

Dani<3

Tn Potter: la serpiente perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora